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Actualizado hace 1 día | ISSN: 2805-6396

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Especiales / Informe


40 metros cuadrados de libertad

19 de Mayo de 2018

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Carmen Elena Gutiérrez

Redactora Ámbito Jurídico

carmen.gutierrez@legis.com.co

 

En el patio tres de la cárcel La Modelo (Bogotá) se encuentra recluido Barry Bradford, un ciudadano estadounidense de 56 años condenado a 65 meses de prisión por tráfico de estupefacientes. (Lea: Principales derechos que tienen las personas recluidas en centros penitenciarios)

 

A su llegada al centro penitenciario, sin hablar español y a kilómetros de distancia de su familia, enfrentó la soledad y el aislamiento, pero Barry asegura haber encontrado en la lectura el refugio perfecto para escapar de la dificultad que supone vivir en prisión. (Lea: Ordenan nuevas acciones para solucionar crisis humanitaria en las cárceles)

 

Hoy, 31 meses después, y ante la posibilidad de salir en libertad condicional, por cumplir el 60 % de su condena, para este norteamericano la moneda tiene una cara más amable, pues sus días son más llevaderos y se mantiene ocupado entre la labor de bibliotecario y los clubes de lectura con sus compañeros de reclusión.

 

Barry es solo un ejemplo de los muchos que se pueden encontrar en este lugar, pues como él hay otros hombres con historias más duras o quizá más crueles, pero que también hallaron en las páginas de un libro su mejor escape para afrontar sus condenas. (Lea: Corte califica la política criminal como populista e incoherente)

 

“La lectura para ellos es libertad”, señala con contundencia Fanny Alarcón, coordinadora educativa del patio 3 de La Modelo, una de las personas que trabaja para generar el hábito de la lectura entre los internos.

 

Y es que justamente a través de campañas didácticas, que incluyen clubes de lectura, creación de escritos literarios y apoyo a las áreas educativas del penal se busca incentivar las visitas a las bibliotecas, según relata Juan Carlos Orjuela, un abogado que se desempeña como bibliotecario.

 

Para él un libro representa “40 metros cuadrados de libertad”, es por eso que consagra gran parte de su tiempo al trabajo con los textos y a hacer de este recinto un refugio amigable para los demás reclusos. (Lea: Iniciativas sobre asuntos carcelarios deben tener concepto previo del Consejo Superior de Política Criminal)

 

En estos tiempos, para los que vivimos en libertad los libros son un elemento accesorio, menos relevante que un teléfono o una pantalla de televisión, pero luego de hablar con algunas personas recluidas es claro que para ellas, que viven su día a día en los estrechos límites de una celda y un patio, son una ventana a la vida exterior o las alas que les permiten viajar a diferentes partes del mundo y de la historia, algo que les permite dejar de lado, aunque sea por unas horas, su agobiante realidad.  

 

Es por ello que desde diferentes entidades se unen esfuerzos para fortalecer la actividad de lectura y generar un vehículo resocializador que permita, además, mejorar la calidad de vida de cada uno de los internos.

 

¿Qué leen en las cárceles?

 

ÁMBITO JURÍDICO visitó la biblioteca ubicada en el patio tres, en donde la mayoría de internos son extranjeros, para conocer un poco más de cerca qué tanto leen y qué tipo de textos prefieren. Allí, cerca de 170 personas consultan los aproximadamente 10 estantes que conforman el centro de lectura.

 

 

Según cifras de La Modelo, diariamente son consultados 35 libros, y en la modalidad de préstamo se entregan alrededor de 14 títulos. Los temas más leídos son: novela histórica, autoayuda y textos de consulta técnica.

 

Entre los autores colombianos más leídos encontramos a:

 

Gabriel García Márquez

 

Mario Mendoza

 

German Castro Caycedo y

 

Héctor Abad Faciolince

 

Por otra parte, entre los escritores extranjeros más consultados están:

 

Santiago Posteguillo (español)

 

Mario Puzo (estadounidense)

 

Kent Follet (británico)

 

Dan Brown (estadounidense) y

 

J. J Benítez (español)

 

Lo más leído en la cárcel

 

Portadas de librosPortadas de libros

 

Es curioso comprobar que los gustos de los lectores de La Modelo se asemejan a una lista que se puede elaborar con las obras más vendidas en cualquier librería del país; claro, no con las novedades inmediatas que inundan las tiendas, pero muy cercana a lo que leen los colombianos en libertad.

 

El olvido que seremos, Los asesinos del emperador, La legión perdida, Circo máximo, Los pilares de la tierra, Los Borgia, El código Da Vinci, Ángeles y demonios, Cien años de soledad, Crónica de una muerte anunciada y El invierno del mundo son los que podríamos llamar best sellers carcelarios.

 

Pero pasando a temas más prácticos, lo más consultado en materia jurídica son el Código Penal, el Código de Procedimiento Penal y el Régimen Penitenciario y Carcelario.

 

Programa de fortalecimiento de las bibliotecas

 

Desde la Subdirección de Educación del Inpec se avanza en la implementación del proyecto de fortalecimiento de las 141 bibliotecas de los 135 establecimientos de reclusión del país.

 

Así mismo, en febrero de este año, el Ministerio de Justicia donó a La Modelo 362 libros obsequiados por funcionarios de la cartera y destinados a este centro de reclusión (bibliotecas ubicadas en las áreas educativas norte, sur y patio tres). En total se reunieron 702 textos, los 340 restantes fueron enviados a La Picota.

 

Es para destacar un curso virtual, con el apoyo de la Escuela Nacional Penitenciaria y la Biblioteca Nacional de Colombia, que tuvo lugar en diciembre pasado y contó con la participación de 45 personas de 28 establecimientos. Allí se les ofreció formación en temas como organización de colecciones, promoción de la lectura y gestión administrativa de las bibliotecas.

 

En la actualidad, según cifras del ministerio, 398 personas privadas de la libertad se desempeñan como bibliotecarios.

 

El impulso que se dé a las bibliotecas en las cárceles es fundamental para quienes tienen fe en que con acceso al conocimiento se avanzará con firmeza en la resocialización de la población reclusa.

 

Así, Barry y los demás internos de las prisiones podrán viajar más allá de los muros del penal, como Xavier de Maistre cuando escribió Viaje alrededor de mi habitación: “Desde la última estrella situada más allá de la Vía Láctea, hasta los confines del universo, hasta las puertas del caos, he aquí el vasto campo por donde paseo a lo largo y ancho, y con toda tranquilidad, pues carezco por igual de tiempo y de espacio". 

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