Tecnología, Derecho y la transformación de la profesión: ¿Por dónde empezar? (II)
Daniel Santiago Acevedo Sánchez
Gerente de Proyectos Estratégicos en Galicia Abogados (México).
Twitter: danielacevedos | LinkedIn: danielsantiagoacevedo
Hace algunas semanas escribí la primera entrega de este artículo, en el que pretendo mostrar a todos los abogados que están interesados en comenzar (o profundizar, también se vale) en el mundo de la transformación aplicada a la industria de servicios jurídicos.
Antes de seguir con el contenido de esta entrega, un pequeño recordatorio de qué fue lo que se mencionó en el artículo pasado: el ejercicio de la profesión jurídica se ha venido transformando fuertemente en los últimos años. Esto ocurre, principalmente, pero no de forma exclusiva, por la aplicación de tecnologías de información que pretenden hacer nuestro trabajo más eficiente.
Sin embargo, hablar de tecnologías de información es solo una expresión genérica que engloba demasiadas cosas (blockchain, inteligencia artificial, ensambladores de documentos, y un largo etcétera) ¿Cuál es la recomendación para aprender a adaptarnos mejor a la transformación que nos corresponde vivir sin que nos tengamos que volver necesariamente expertos en todo? Respuesta fácil: Comprender que todo es un sistema.
En otras palabras, comprender que todo lo que vemos a nuestro alrededor funciona por medio de un conjunto de procedimientos interconectados que cuando operan en armonía, generan justo los resultados que de ellos se esperan. Ese es exactamente mi concepto simplificado de sistema. Ahora, ¿qué hace que un sistema sea un sistema? Como lo mencioné, el conjunto de procesos que lo componen. Así, mi mejor recomendación para quien me pregunta cómo comprender alguna tecnología, o una metodología novedosa, es entenderla como un conjunto de actividades interrelacionadas que cuando se les proporcionan algunos elementos como insumo, tales actividades deben producir un resultado esperado.
Recordemos el ejemplo práctico simple que mencionamos en el artículo anterior: el proceso de elaboración de una comida consiste en tomar una serie de elementos de entrada (los ingredientes) y con base en la ejecución de unas actividades interrelacionadas (la receta) se debe producir un resultado esperado (la comida deseada). Dicho eso ¿quiere aprender a cocinar? Comprenda los diferentes procesos (recetas) para producir diferentes tipos de resultados (las comidas) y cuide los insumos que le proporciona al proceso (los ingredientes). Esta misma analogía se puede utilizar para ejemplificar que es lo que hace un abogado en su día a día, y así, encontrar cómo podemos mejorar nuestro trabajo diario.
Habiendo hecho esa aclaración, pensemos, por ejemplo, en cómo podríamos mejorar el proceso usado por un abogado para construir un argumento al momento de elaborar un escrito de demanda (o de contestación). El proceso, simplificado, al máximo posible, podríamos decir que se compone de las siguientes actividades:
- Describir los elementos de hecho.
- Describir las pruebas que soportan los elementos de hecho.
- Describir las pretensiones.
- Describir los elementos de Derecho.
- Investigar jurisprudencia y doctrina relacionada que soporta los elementos de hecho y de derecho enunciados.
- Construir los argumentos de derecho con base a la jurisprudencia analizada.
- Anexar las pruebas.
¿Dónde podríamos decir que se encuentra la actividad que más tiempo consume? Dicho de otra forma, ¿Cómo podemos empezar a transformar para mejorar lo que hace nuestro abogado litigante del ejemplo? ¿Dónde y cómo entra a jugar la tecnología en todo este asunto?
Probablemente, la actividad que más consume tiempo se encuentra en la parte relacionada con la investigación de jurisprudencia y doctrina ¿verdad? Si sabemos entonces que esa es la parte “ineficiente del proceso”, podemos trazar estrategias para hacer que cada vez consuma menos y menos tiempo, por ejemplo:
- Menos sofisticado. Renombrar los archivos relacionados con sentencias que tengamos en nuestro disco duro y agregarles una o dos palabras-clave que den cuenta del tema principal del escrito.
- Más sofisticado. En las propiedades de cada documento, específicamente en la sección de detalles, agregar en la subsección “categoría” la materia del derecho a la cual corresponde la sentencia y en la subsección “etiquetas” agregar tantas palabras clave como se quieran y que den cuenta de los temas principales del documento.
- Muy sofisticado. Construya (o adquiera) una herramienta que utilice aprendizaje de máquina (inteligencia artificial, si gusta), de tal manera que sea capaz de “leer” las sentencias y reconocer patrones de escritura que permitan construir reglas de análisis como las siguientes: si en el texto aparecen las expresiones “requisitos de forma” “casación”, y además si ambas expresiones no están separadas por más de cinco palabras, es muy probable que el párrafo, antes o después, de la condición cumplida hable sobre cuáles son los requisitos de forma para elaborar un escrito de casación. Así las cosas, le podríamos decir a nuestro sistema que cuando eso suceda resalte en amarillo los párrafos indicados. ¿Se imaginan la cantidad de tiempo que nos ahorraríamos?
Esta última opción (la muy sofisticada), es en la que unimos inteligencia artificial y Derecho, pero esa unión es posible porque previamente nos tomamos el trabajo de descomponer el día a día del abogado en forma de proceso e identificar exactamente cuál era la actividad ineficiente y luego encontrar cómo reducir el tiempo que dicha actividad consume. De nuevo, no importa si está interesado en blockchain, aprendizaje de máquina, procesamiento de lenguaje natural, ensambladores de documentos o simplemente en mejorar la página web de su firma. Cualquier tecnología que quiera usar solo será tan útil como bien comprenda que parte del trabajo del abogado transformará. De ahí que para comenzar mi recomendación es comprender que todo es un sistema.
¿Qué debería comenzar a estudiar/entender para mejorar mi forma de ejercer el Derecho?
Una vez hecha la anterior, y necesaria, introducción sobre por dónde empezar, lo que resta es comprender algunos de los tipos de tecnologías o metodologías que existen y cómo las podemos utilizar en beneficio del ejercicio profesional del abogado. Por supuesto, esto podría ser demasiado extenso, así que me referiré solo a aquellas tecnologías de mención más recurrente. En lugar de hacer una lista extensiva de todas las tecnologías que andan por ahí, mejor describiré un posible problema dentro del ejercicio profesional de un abogado y de esa base exploramos que tecnología/metodología pueda servir para dar una solución:
- Estoy interesado en mejorar la velocidad de búsqueda y consulta de información. Si este es el caso, aprender aprendizaje de máquina (inteligencia artificial), ciencia de datos y gestión del conocimiento es una muy buena opción. Las dos primeras son las tecnologías detrás del almacenamiento y consulta de grandes volúmenes de información digital y gestión del conocimiento, es un marco metodológico que ayuda a lo mismo, pero de forma mucho más general y no necesariamente digital. También sirve para la gestión de información física (es el componente de archivística).
- Estoy interesado en mejorar la forma en la que presto mi servicio para que sea más ágil y mis clientes se sientan más satisfechos con mi trabajo. Si este es el caso, la tecnología pasa a un segundo plano y recomendaría mejor aprender sobre gerenciamiento de proyectos (tradicional y ágiles) y más específicamente aprender acerca de gestión de requerimientos y estructuración de planes de trabajo. Esto nos ayudará a mejorar muchísimo la manera de interrelacionarnos con nuestros clientes, independientemente de que utilicemos o no tecnología para ello.
- Estoy interesado en mejorar cómo los abogados nos podemos relacionar con nuestros clientes y ofrecer mejores servicios. Si nos encontramos en este escenario, de nuevo, gestión de proyectos es una buena alternativa, pero también lo es aprender acerca de diseño de servicios (services design) y más específicamente entender acerca de cómo funciona la experiencia de usuario y qué hacer para mejorarla.
- Estoy interesado en mejorar mi forma de expresarme en el Derecho y hacer más entendible la terminología e instrumentos que utilizo en mi ejercicio. Muy unido a la metodología anterior, services design puede ayudarnos a mejorar la forma de comprender qué es exactamente lo que necesita nuestro usuario y abandonar todas aquellas expresiones que no aportan valor. Así mismo, aprender algo de diseño gráfico (sí, es en serio) nos puede ayudar a comprender cómo mejorar nuestros elementos de comunicación. Para la muestra, ver este ejemplo de la compañía Háptica en Colombia.
- Estoy interesado en hacer que las transacciones entre dos partes sean más seguras y que puedan confiar más fácilmente entre ellas. Esto se puede lograr de muchas formas, pero justamente el propósito principal de la tecnología blockchain fue crear un sistema en donde las partes pudieran, de forma muy segura, intercambiar información entre ellas y no depende de un tercero que validara que dicha información era cierta. En este orden de ideas, si lo que se quiere es solucionar el problema de la confianza entre las partes, una buena manera puede ser aprendiendo sobre blockchain y contratos inteligentes.
- Estoy interesado en comenzar una firma de abogados o lanzar un nuevo servicio dentro de mi firma, pero no sé si a los clientes les interese: Aquí posiblemente ya estamos mucho más lejanos del uso de tecnologías de información en un primer lugar y mejor lo que necesitamos es entender cómo se valida una idea en un mercado y a lanzar pequeños prototipos de nuestros servicios para irlos probando y verificar que a nuestros clientes potenciales les guste. Si este es el caso, podemos estudiar cómo funcionan las metodologías (i) lean startup y (ii) sprint para lanzamiento iterativo de servicios.
Una nota final. No significa que porque no haya mencionado una metodología particular en algunas de las secciones entonces no sirva como método o solución de ese problema en específico (por ejemplo: gerenciamiento de proyectos para mejorar la confianza entre las partes en una transacción). Es solo una referencia de qué cosa puede ser más útil en un caso determinado.
Espero que este artículo sea de utilidad para todas aquellas personas que quieren comenzar su camino en la transformación del Derecho o para todas aquellas que quieren entender y aplicar cómo pueden mejorar su ejercicio profesional.
* Lo aquí expresado es una posición personal y solo compromete al autor.
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