Inteligencia artificial: el fin de los peritos

Andrés Guzmán Caballero
Profesor de pruebas técnicas
Comisionado Presidencial de DD HH y Libertad de Expresión de El Salvador

A principios de la década del 2010, el proyecto “Arbitraje 2.0”, liderado por la Real Asociación de Fútbol de los Países Bajos (KNVB) y probado de manera simulada en la temporada 2012-13 de la Eredivisie, marcó el inicio de una era donde la idea de utilizar computadoras e inteligencia artificial (IA) para apoyar la labor arbitral en el fútbol ganó fuerza. Esto surgió como respuesta al creciente problema de decisiones erróneas en momentos cruciales de los partidos, especialmente en la validación de goles. A pesar de la oposición inicial del entonces presidente de la Fifa, Joseph Blatter, a la introducción de nuevas tecnologías en el fútbol, su salida en el 2015, a raíz del escándalo de corrupción de la Fifa, allanó el camino para innovaciones tecnológicas.

Hoy, el VAR (Video Assistant Referee) es una realidad que asiste a los árbitros en jugadas difíciles, donde el ojo humano puede dudar, ofreciendo garantías de justicia y promoviendo el juego limpio.

En Colombia, en el contexto de la transformación digital, la IA ha empezado a desempeñar un papel cada vez más significativo en varios sectores, incluyendo el judicial. La posibilidad de que la IA actúe como un experto o perito en procesos judiciales ya no es una fantasía futurista, sino una realidad emergente con implicaciones profundas y complejas.

¿Qué aplicaciones tendría la IA en el ámbito judicial?

- Análisis de datos y evidencia. La IA puede procesar y analizar grandes volúmenes de datos rápidamente, siendo invaluable para examinar evidencias en casos complejos, como fraudes financieros o delitos cibernéticos. Puede analizar correos electrónicos, realizar comparaciones y ajustarse a los requisitos legales específicos de cada país, caso o tipo de proceso.

- Reconocimiento de patrones. En casos penales, la IA puede identificar patrones en datos de crímenes, como ubicaciones, tiempos y modus operandi, lo que es crucial para establecer conexiones entre diferentes incidentes.

- Simulaciones y modelos predictivos. La IA puede crear simulaciones para reconstruir escenarios de accidentes o desastres y predecir resultados basados en diversas variables.

- Análisis de imágenes y videos. La IA procesa y analiza imágenes y videos con mayor rapidez y, en ocasiones, con mayor precisión que los humanos, lo cual es útil en casos con gran cantidad de material visual, pruebas balísticas, reconocimientos o trazabilidad, que son tareas fáciles.

- Verificación de documentos y autenticación. La IA juega un papel crucial en la verificación de la autenticidad de documentos, detectando falsificaciones o manipulaciones.

Ahora bien, la IA actuando como perito puede proporcionar informes y análisis detallados, pero debe ser vista como una herramienta complementaria al juicio humano. La interpretación y el contexto son esenciales en el Derecho, y la IA aún no comprende completamente las complejidades del comportamiento humano y la ley.

No puedo dejar de pensar en la economía, idoneidad y eficacia con que los algoritmos contestan las preguntas, analizan la información y pueden hacer mucho más precisos procesos en los que normalmente las personas podemos errar.

La transparencia y explicabilidad son desafíos significativos en la IA, especialmente en algoritmos de “caja negra”, donde los procesos de decisión no son completamente transparentes. Además, existe el riesgo de que la IA perpetúe o amplifique sesgos existentes en los datos con los que se entrena. Determinar la responsabilidad por errores o fallos de un sistema de IA en un contexto legal también es complejo, considero que los jueces y sus decisiones no podrían ser sustituidos por la IA, ni siquiera en el fútbol.

En miles de procesos, del perito depende la decisión final del juez, que ve temas que no conoce, muchas veces con dictámenes contradictorios, sesgados e, incluso, amañados, donde necesitaría ayuda, sin duda, de nuestro “VAR” judicial. 

La integración de la IA como perito en el sistema judicial ofrece posibilidades prometedoras para mejorar la eficiencia y precisión en el análisis de evidencias y datos. Sin embargo, es crucial abordar los desafíos éticos y prácticos para asegurar que su implementación refuerce la justicia y equidad en el proceso judicial. Creo que es el momento de comenzar nuestra discusión e incluir la IA como una fuente de consulta judicial, análisis comparativo o cualitativo de los jueces y herramienta de consulta, si es acordado por las partes. La colaboración entre expertos en tecnología, juristas y legisladores es fundamental para desarrollar un marco que permita el uso ético y efectivo de la IA en el ámbito judicial.