11 de Diciembre de 2024 /
Actualizado hace 5 minutes | ISSN: 2805-6396

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Opinión / Columnista Online

El Joker y Joaquin Phoenix: la violencia y el derecho de los animales

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Carlos Andrés Muñoz

Director de Abogato Jurídico

Magíster en Bioética de la Universidad Javeriana

cmunozl@javeriana.edu.co

 

Un aparte de mi análisis jurídico a la película Joker coincide, extrañamente, con un análisis a un aspecto de la vida de Joaquin Phoenix, su principal actor. El artista y el personaje muestran un ideal de justicia al que los gobiernos y cierta parte de la sociedad hacen oídos sordos e ignoran; por ello, tanto en la vida como en la película se ven abocados a acciones de hecho, no conformándose con la legalidad como forma de transformación de la comunidad e incluso llegando a simpatizar con actos violentos. Veamos todo detalladamente:

 

Desde Antígona de Sófocles sabemos lo trágico y complejo que es compaginar sentimientos o ideas de justicia con la ley. A Antígona se le prohibía enterrar a su hermano por un decreto expedido por Creonte -Rey de Tebas-, pero su sentir de justicia le demanda lo contrario y prefirió estar por fuera de la ley, actuar de hecho y asumir sus consecuencias: perder su propia vida bajo su ideal de justicia de enterrar a los muertos.

 

Así mismo, la película Joker despierta en muchos una idea de justicia, esta es, estrechar las diferencias entre ricos y pobres. La idea, aunque justa, motivó actos violentos e ilegales.

 

Por otra parte, Phoenix ha aprovechado la popularidad de la película para transmitir el mensaje de defender los derechos de los animales. Ha participado en numerosos eventos a favor del respeto de estos seres sintientes e incluso en varias apariciones se le ha visto con el logo del ‘ALF’ (Animal Liberation Front). Esta organización clandestina ha sido clasificada por el FBI[1] como terrorista pues, pese a que persigue un fin a mi considerar justo (proteger y defender los de derechos de los animales), ha implementado métodos que atentan contra el patrimonio económico de muchas personas que explotan a los animales bajo el amparo legal.

 

Esta organización ya registra más de mil actos en contra de la ley, pero a favor de los animales no humanos, desde que se creó en 1976.  ALF ‘libera’ cerdos, vacas, pollos, monos, conejos, en fin, animales que fueron destinados a experimentación científica,  consumo alimenticio humano u otra explotación económica. Para ellos, y muchas más personas, estos actos son de ‘liberación’ y justicia, en cambio, para la misma ley es hurto, un delito contra un patrimonio. Como vemos, el sentido o idea de justicia a favor de los animales y sus derechos está en contra de la ley que no los reconoce. Y si a lo anterior le sumamos incendios y destrucciones premeditadas a lugares relacionados con explotación, experimentación y comercio de animales con el fin de debilitar económicamente estas industrias y llamar la atención de la comunidad, nos avocamos a actos que podrían ser considerados como terroristas o más específicamente ecoterroristas[2], que es la denominación propia que asigna el FBI a quienes utilizan o amenazan con implementar la violencia en contra de la propiedad con fines de defensa del ambiente o defensa de los derechos de los animales. 

 

En síntesis, lo que sucede en el Joker y los actos del ALF -apoyados Joaquin Phoenix- merecen una reflexión a nivel jurídico, pues actualizan el clásico tema de compaginar ley con idea de justicia. Uno de los puntos de reflexión más grande es cómo el derecho debe asumir actos de protesta violenta y de desobediencia civil cuando el sentir popular cree abanderar las ideas de justicia. El fortalecimiento de las instituciones estatales no debe reflejarse en reprimir estos sentires de vitalidad democrática, deben ser capaces encausar las protestas para que la ley se adecue al sentido de la justicia y actúe de esa forma verdaderamente el derecho.

 

Si nos enfocamos en el caso colombiano, por un lado, las protestas estudiantiles de las últimas semanas no pueden ser reprimidas, ni ser enfrentadas con proyectos de ley para limitar ese derecho. Así mismo, en la lucha de los derechos de los animales hay un sinfín de manifestaciones que el Congreso actualmente ha recogido, han llegado hasta las altas cortes y deben tener eco en Gobierno Nacional para intentar atenuar el déficit de protección de los animales: causas verdaderamente justas, pero actualmente ilegales.

 
[1] John E. Lewis, Subdirector del FBI, afirmo ante el Comité Judicial del Senado en 2004 que “Durante los últimos años el extremismo de intereses especiales, como el que caracteriza a ALF, ha surgido como una serie amenaza terrorista doméstica”. https://larepublica.pe/mundo/2019/10/08/joker-que-es-alf-la-organizacion-extremista-que-investiga-el-fbi-y-que-esta-relacionada-a-joaquin-phoenix-atmp/
[2] ‹‹uso o amenaza de violencia de carácter penal en contra de la propiedad por grupos subnacionales con orientaciones ecologistas para el medio ambiente o por razones políticas o destinadas a un público más allá del objetivo, a menudo de carácter simbólico›› según el FBI. https://web.archive.org/web/20021002120937/http://www.fbi.gov/congress/congress02/jarboe021202.htm

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