La adopción es una medida de protección de los niños y adolescentes y, en ese sentido, es definitiva e irrevocable, pues de lo contrario se atentaría contra el derecho fundamental a tener una familia y no ser separado de ella. Así las cosas, precisó el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, no existe dentro del ordenamiento jurídico un procedimiento que permita retirarle el apellido a un menor que ha sido adoptado. La irrevocabilidad de la adopción implica que la persona o personas que inician el trámite de adopción y que solicitan su decreto no puedan evadir sus responsabilidades con posterioridad al proceso.