La Asociación Nacional de Instituciones Financieras (ANIF) informó que durante el primer trimestre del 2025 la balanza de pagos de Colombia evidenció una combinación de factores externos e internos que afectaron su comportamiento. En el ámbito internacional, las tensiones comerciales derivadas del regreso de Donald Trump a la presidencia de EE UU contribuyeron a un entorno económico incierto. A nivel interno, una débil recuperación de la demanda interna incidió en un déficit en cuenta corriente que ascendió a US $ 2.290 millones de dólares, equivalente al 2,2 % del PIB. Esta cifra representó un leve incremento frente al trimestre anterior, impulsado por un mayor déficit comercial y por salidas de renta de los factores.

Según ANIF, el resultado negativo de la cuenta corriente se explicó principalmente por los saldos deficitarios en la balanza comercial de bienes y en la cuenta de renta de los factores, que registraron valores de US $ 3.088 millones y  US $ 3.196 millones, respectivamente. Estos desbalances fueron apenas compensados por superávits menores en la balanza de servicios y en las transferencias corrientes. En contraste, la cuenta financiera presentó entradas netas de capital por  US $ 1.835 millones (1,7 % del PIB), lo que representó una disminución frente al trimestre previo, debido a una menor llegada de capitales y un incremento en las salidas de recursos por parte de residentes hacia el exterior. (Lea: Fenalco advierte que suspender la regla fiscal generaría gasto público excesivo)

La inversión extranjera directa (IED), considerada una fuente esencial de financiación externa, se redujo un 14,7 % en comparación con el mismo periodo del año anterior, ubicándose en 3.142 millones de dólares. Esta caída refleja una disminución en la confianza de los inversionistas, situación que se agrava con la reciente activación de la cláusula de escape de la regla fiscal. Los sectores que concentraron los mayores flujos de IED fueron minería y petróleo (36 %), servicios financieros y empresariales (22 %) y manufactura (13 %). La disminución en estos recursos compromete la capacidad del país para financiar su déficit externo.

En conjunto, el panorama evidencia una creciente vulnerabilidad en el frente externo, donde la pérdida de confianza y la incertidumbre asociada a las políticas fiscales podrían afectar la credibilidad de Colombia ante los mercados internacionales. Esta situación incrementaría el costo de acceso a recursos externos y ejercería mayor presión sobre la cuenta financiera en los próximos trimestres, dado que el país continúa siendo altamente dependiente de los flujos de capital provenientes del exterior.

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