Las mercancías de procedencia extranjera que ingresan a un depósito franco no pagan tributos aduaneros, es decir, derechos de aduana o arancel e impuesto sobre las ventas. Por lo tanto, cuando se venden productos de esta naturaleza a viajeros que salen al exterior no existe impuesto alguno sobre el cual solicitar devolución, indicó la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales. De acuerdo con lo previsto en el artículo 63 del Decreto 2685 de 1999, se entienden por depósitos francos aquellos lugares habilitados para el almacenamiento, exhibición y venta de mercancías a viajeros que ingresen o salgan del territorio aduanero nacional, las cuales se considerarán importadas temporalmente para reexportar en el mismo estado.