La Corte Suprema de Justicia dejó en firme una condena por abuso sexual a un padrastro que argumentó estar ebrio y por eso confundió a su hijastra menor de edad con su mamá. En mayo del 2018, el hombre estaba ingiriendo licor y luego se dirigió a su casa, donde estaban durmiendo en la misma cama su hija y su hijastra, última que se despertó cuando se dio cuenta que aquel le retiró la ropa interior y abusaba sexualmente de ella.

Aunque no se practicó prueba de alcoholemia, de acuerdo con lo testigos, el procesado no presentaba descoordinación motora severa, somnolencia, dificultad para hablar, recuerdos intermitentes o incoherencias en la expresión del pensamiento, lo cual permite entender que el acusado no estaba en un grado de embriaguez de tal magnitud que confundiera a tal modo de no advertir que quienes se hallaban en la cama matrimonial eran su hija e hijastra y no su esposa.

Se valoró el testimonio de la víctima, que afirmó que el lugar no estaba a oscuras y que cuando se despertó le preguntó a su padrastro por su mamá y él le contestó que no había llegado, lo que implica un nivel de conciencia suficiente para entender no solo la realidad que rodeaba al procesado, sino además la acción contraria a derecho que estaba ejecutando en contra de su hijastra, lo cual descarta la materialización del error de tipo alegado por la defensa. 

La menor salió corriendo y buscó ayuda, el sujeto fue capturado y la Fiscalía le imputó el cargo de actos sexuales abusivos con menor de 14 años agravado. En 2019 un juzgado lo absolvió al considerar que hubo insuficiencia probatoria en materia de dolo, la segunda instancia revocó esa sentencia y lo condenó a una pena de 12 años de cárcel. La Sala Penal confirmó la condena impuesta y rechazó los argumentos de la defensa (M. P. Carlos Roberto Solórzano Garavito).

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