Evelyn Romero
Socia del Área de Empleo y Compensación de Baker McKenzie

La reforma laboral en Colombia ha tomado relevancia en el debate público, dado el reto de modernizar un sistema que no solo fomente la competitividad de las empresas, sino que también garantice la protección de los derechos laborales. A medida que se proponen cambios como la regulación del teletrabajo y la flexibilización de las modalidades de contratación, el país debe preguntarse cómo encontrar el equilibrio adecuado para enfrentar los nuevos desafíos del mercado laboral.

En este contexto, hay que mencionar que el éxito de una reforma laboral depende de saber integrar los enfoques globales a las realidades locales, buscando un equilibrio que permita a las empresas ser competitivas mientras se protegen los derechos laborales de los trabajadores. Existen ejemplos de reformas laborales internacionales y lo que Colombia puede aprender de ellas para lograr un mercado laboral competitivo.

1. Flexibilidad y bienestar: Noruega

Noruega ha logrado un balance exitoso entre flexibilidad laboral y un sistema de bienestar robusto. Las empresas pueden adaptarse rápidamente a los cambios del mercado, mientras los derechos laborales de los trabajadores permanecen sólidos. Tienen una jornada de 40 horas semanales y 25 días anuales de vacaciones reduciendo el número de permisos en el año. Este modelo podría servir de inspiración para Colombia, donde la flexibilidad laboral debe garantizar condiciones de trabajo seguras y justas, sin poner en riesgo la competitividad empresarial.

Dato relevante: la tasa de desempleo en Noruega se mantiene estable en 4,0 % en 2024, reflejando un sistema que equilibra bienestar y productividad. (oecd.org)

2.         Reducción de la temporalidad: España

España ha implementado reformas que redujeron significativamente la temporalidad laboral, promoviendo la contratación indefinida, lo que ha fortalecido la estabilidad laboral. Este modelo de estabilidad podría ser clave para Colombia, fomentando la contratación indefinida en sectores industriales esenciales para la economía del país. Este modelo se puede combinar con esquemas de contratación especiales para empresas que manejan trabajadores por picos de producción, temporada alta de ventas, por evento, por obra o temporada.

Dato relevante: la reforma laboral en España ha resultado en una reducción significativa de la temporalidad laboral, pasando del 21 % en el cuarto trimestre de 2021 al 15 % en el primer trimestre de 2023. (El País)

3.         Diálogo social: Alemania

Alemania ha logrado integrar con éxito la negociación colectiva entre empleadores y sindicatos, promoviendo el entendimiento mutuo y la cooperación para resolver los desafíos laborales. Este enfoque cambiaría la realidad sindical en Colombia, logrando mayores acuerdo colectivos, pues la tendencia actual es que los sindicatos votan para que el conflicto colectivo sea decidido por un tribunal de arbitramento.

4.         Inclusión y capacitación: Japón

Japón ha promovido la inclusión laboral de grupos vulnerables y ha centrado sus esfuerzos en la capacitación continua, especialmente para adaptarse a los retos de la automatización y los cambios tecnológicos. Si bien la participación en la capacitación continua en Japón es más baja que el promedio de la OCDE (alrededor del 20 %), el país ha lanzado iniciativas específicas para aumentar la formación en habilidades digitales y mejorar la inclusión laboral de grupos vulnerables. Colombia puede tomar de este modelo la importancia de formar una fuerza laboral preparada para los retos del futuro, sin sacrificar la competitividad. Existen muchas tareas que hoy en día son exclusivamente tecnológicas y se pueden cumplir con los esquemas legales actuales de trabajo remoto, trabajo en casa y teletrabajo.

Aprender de las experiencias internacionales es valioso, pero el enfoque debe adaptarse a la realidad colombiana, defendiendo los derechos de los trabajadores mediante reglas y obligaciones claras para las empresas que son las que mantienen en movimiento el mercado laboral. 

Con un diálogo efectivo entre todos los actores del mercado laboral y un marco legal equilibrado, Colombia tiene la oportunidad de fortalecer su economía, reducir la informalidad y construir un entorno de trabajo más justo y competitivo.

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