Posgrados en Colombia, a la altura de los parámetros internacionales

Al finalizar los estudios de pregrado en Derecho, los profesionales se encuentran frente a la necesidad de realizar un posgrado para profundizar y ampliar sus conocimientos en determinada rama. No es una decisión fácil de tomar, pues esta no se reduce a escoger el campo del saber y la especialización, maestría o doctorado. Ahora, los graduandos se encuentran frente al dilema de seguir su preparación universitaria en Colombia o en el exterior.

En los últimos años, la oferta de posgrados en el país ha aumentado y, con ello, las áreas de conocimiento, las modalidades académicas, la flexibilidad de horarios e, incluso, las facilidades de pago. Por otro lado, las posibilidades para aprender otros idiomas, conocer diferentes culturas y vivir en un país extranjero son algunas de las razones que motivan a los estudiantes de Derecho y a los abogados a cursar sus estudios de posgrado en otras latitudes. ¿Cómo tomar la decisión?

Los beneficios

De acuerdo con algunos expertos, la calidad de los programas académicos nacionales está a la par de los extranjeros. Jairo Rivera, director de Posgrados de la Facultad de Derecho de la Universidad Externado, señala que las universidades colombianas ofrecen estudios de alta calidad con profesores de excelente formación.

Pero eso no es todo. En Colombia, existen grupos de investigación, bibliotecas y redes para conectarse en tiempo real a la jurisprudencia y doctrina. Además, el estudiante puede recibir doble titulación y realizar pasantías, sin que esto implique la desactualización del derecho interno, sumado a los menores costos y la concesión de permisos, lo que favorece su estabilidad familiar, añade Rivera.

En ese sentido, Eloy García, director del Doctorado en Derecho de la Universidad Sergio Arboleda, asegura: “Colombia cuenta con universidades homologables a las mejores norteamericanas y europeas e, incluso, en ocasiones, mejores que ellas”.

No obstante, la globalización fomenta la competencia entre las instituciones. Para María Victoria Ramírez, directora de Posgrados de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad del Rosario, la calidad, la financiación y la cobertura son algunos de los aspectos que han logrado avances. Sin embargo, advierte que, en el marco de la aplicación del tratado de libre comercio con EE UU, la internacionalización de la educación es una realidad que se debe afrontar para garantizar que las instituciones colombianas no pierdan espacios que puedan ser llenados por universidades extranjeras.

Índices de calidad

La formación de los profesores colombianos es uno de los estándares con los que se ha medido la calidad de los programas académicos. En opinión de Rivera, el cuerpo docente de las universidades acreditadas es plural por su formación académica y metodológica: “Mientras que los profesores europeos son solo investigadores, los del Externado tienen el dominio del quehacer diario”.

Por otro lado, afirma que gracias a los procesos de acreditación de las maestrías y los doctorados, los estándares de calidad son más exigentes. Esto ha llevado a la consolidación de unos mínimos que garantizan la seriedad, la coherencia y la continuación de los posgrados.

Al respecto, Ramírez cree que se debe garantizar el cumplimiento de los estándares óptimos de calidad en cada programa y de acuerdo con su enfoque.

Los cambios en el método de estudio de la ciencia jurídica también han influido en el esfuerzo de las instituciones académicas por ofrecer mejores posgrados. A juicio de García, en las universidades colombianas se investiga y se encuentran soluciones para nuevos problemas jurídicos. Pero aclara que esto aún se realiza de forma insuficiente.

Actualmente, la diferencia no la marca la condición colombiana o extranjera de la institución, sino las particularidades del centro universitario y el mejor o peor dominio de una especialización o posgrado. Por eso, se debe buscar una formación de posgrado según la especialidad y la orientación a la práctica, concluye García.

Así las cosas, son muchos los factores que demuestran el empeño creciente de las universidades colombianas encaminado a fortalecer sus posgrados, pues, al parecer, los abogados ya no tienen que radicarse en otro país para realizar posgrados de calidad superior.