El Derecho ante el espejo de la literatura
25 de Enero de 2020
José Patiño
Editor Ámbito Jurídico
Son siglos de páginas escritas, de relatos en los que la imaginación y lo factual se transforman en una literatura que aspira a ser el arte más certero en representar lo humano.
En palabras de Milan Kundera, el hombre desea un mundo en el cual sea posible distinguir con claridad el bien del mal, porque existe en él el deseo, innato e indomable, de juzgar antes que de comprender (El arte de la novela, 1986).
Y es bajo esta idea angular que se puede explorar la relación entre novela y Derecho, como reflexión acerca de lo que es considerado justo en una sociedad.
Precisamente, Francois Ost, abogado, filósofo y dramaturgo, organizó en tres dimensiones la correspondencia entre la literatura y el Derecho:
Derecho en la literatura: es el que presenta reflexiones sobre los pilares de esta profesión, por ejemplo, sobre la justicia y el poder.
Derecho de la literatura: es una perspectiva analítica de la libertad de expresión de la que gozan los autores, también trata la historia jurídica de la censura y las demandas que surgieron a propósito de obras que fueron consideradas escandalosas (Madame Bovary, Los versos satánicos, Las flores del mal…).
Derecho como literatura: permite estudiar el estilo de los abogados, no solo en su oratoria, sino cómo expresan sus tesis jurídicas a través de memoriales o decisiones judiciales (El reflejo del Derecho en la literatura, 2006).
Derecho en la literatura
La novela es el resultado artístico más depurado de las reflexiones sobre el individuo y sus dudas existenciales, y acudiendo a la primera categoría sugerida por Ost, también permite ver la evolución de las ideas sobre justicia, el Derecho y su ejercicio. (Lea: Cinco películas recomendadas sobre literatura y Derecho)
Ahora, nombremos a Franz Kafka como padre de este subgénero, pues su obra El proceso (1925) se convirtió en un tópico sobre lo inasible, lo laberíntico de la justicia y la burocratización de la vida. Por supuesto, su formación en leyes fue fundamental en esta alegoría existencial sobre el individuo sometido al poder del Estado.
A mediados del siglo pasado, si bien se continúa reflejando un poder judicial por encima de la realidad social, aparecen abogados modélicos, ejemplos de un ejercicio del Derecho con sentido humano; Matar a un ruiseñor (1960), de Harper Lee, presenta a un luchador contra las arbitrariedades de los tribunales. (Lea: Cinco libros escritos por abogados)
Textos más contemporáneos muestran los dilemas de los abogados en su ejercicio, más conscientes de su posición en el mundo y de cómo sus decisiones afectan vidas ajenas. Emmanuel Carrère e Ian McEwan bajan del pedestal a los jueces y los ponen a enfrentar dilemas de nuestro tiempo, los derechos sociales, la corrupción, los conflictos religiosos.
No puede quedar por fuera un género del que Rodolfo Walsh y Truman Capote pueden denominarse fundadores, la novela de no ficción, que se vale de hechos reales para hacer gran literatura y que al narrar historias de crímenes permite una profunda reflexión sobre la justicia.
Esta es una lista arbitraria que se puede tomar como puerto de partida para la inmersión literaria en el Derecho, cronología que podría, según gustos, retroceder a clásicos como Crimen y castigo (Fedor Dostoyevski ) o El mercader de Venecia (William Shakespeare). Siéntase libre de sugerirnos más títulos.
El proceso (1925)
Franz Kafka
“Seguramente alguien calumnió a José K…, pues, sin haber hecho nada malo, fue detenido una mañana”. Así comienza el relato de Kafka que con el paso de los años parece menos ficción que realidad, el laberinto de la justicia. El personaje se enfrentará a un proceso en el que abogados, funcionarios y jueces tejen una maraña procesal que aún sirve para describir la complejidad los aparatos judiciales, lo kafkiano. La despersonalización del individuo y el anticipo que hace del totalitarismo en el siglo XX hacen de esta obra un clásico del Derecho en la literatura.
Operación masacre (1957)
Rodolfo Walsh
El 9 de junio de 1956, los generales Tanco y Valle se sublevaron contra el gobierno de facto que había destituido a Juan Domingo Perón, en Argentina, en septiembre de 1955. Este levantamiento fue brutalmente reprimido y produjo numerosos muertos. El periodista Rodolfo Walsh investigó los hechos, acudió a los expedientes judiciales y usó testimonios de varios testigos para convertir este escrito en la primera novela de no ficción que se anticipó al nuevo periodismo norteamericano.
Matar a un ruiseñor (1960)
Harper Lee
Relato de ficción sobre la defensa que hace el modélico abogado Atticus Finch de un hombre negro acusado de violar a una mujer blanca. Es una novela influida por las tensiones raciales del sur de EE UU durante la década de 1930, en donde también se describe la evidente desventaja que tenían los afroamericanos en el sistema judicial. Los prejuicios raciales, el germen de la lucha por los derechos civiles y la integridad de los abogados son temas centrales.
A sangre fría (1965)
Truman Capote
“El pueblo de Holcomb está en las elevadas llanuras trigueras del oeste de Kansas, una zona solitaria que otros habitantes de Kansas llaman ‘allá’”. Este es uno de los inicios más famosos de la literatura universal. A sangre fría es la obra cumbre de Capote y narra los asesinatos de miembros de la familia Clutter, en 1959. El autor ve en un periódico la noticia del crimen y se involucra personalmente en la investigación y juzgamiento del caso, hasta que ocurre la ejecución de Richard Hickock y Perry Smith. Se considera en EE UU como la novela origen del género true crime.
La canción del verdugo (1979)
Norman Mailer
Gary Gilmore sale de prisión en libertad condicional, comete dos asesinatos y es condenado a muerte, el 17 de enero de 1977. Norman Mailer construye una novela con entrevistas a testigos y terceros sobre un hecho que revela la marginalidad en EE UU. El asesino no quiere usar estrategias legales, ni apelar, no desea nada que aplace su ejecución; Gilmore simplemente manifiesta: “creo que merezco la pena de muerte”. Un hecho judicial convertido en la más alta literatura.
El cliente (1993)
John Grisham
En 1988 se publicó el primer libro de John Grisham, Tiempo de matar. Desde ese momento, este abogado se convirtió en el autor más prolífico de novelas judiciales. Vale detenernos un momento para citar al mismo autor cuando, en 2008, dijo "sé que lo que yo hago no es literatura", pero su categoría de bestseller hace necesaria la mención. Precisamente esta condición lo hace publicar una novela por año, y El Cliente ha sido de las más celebradas. Un niño es testigo del suicidio de un abogado, quien le revela un secreto antes de morir, relacionado con un miembro de la mafia que va a ser juzgado. El socio, Fachada, El informe pelícano, Legítima defensa, El jurado, La apelación, La confesión o Los litigantes son otras obras de este autor.
El lector (1995)
Bernhard Schlink
El abogado Michael Berg rememora una relación que tuvo en su adolescencia con una mujer mayor, que más adelante volvió a ver, mientras estudiaba leyes, juzgada por crímenes de guerra nazis. La vida de Michael quedará marcada por este hecho, que produce una reflexión sobre lo justo, el perdón, la memoria y la compasión. Gran novela del escritor y juez Bernhard Schlink llevada al cine.
El adversario (2000)
Emmanuel Carrère
Los hechos de esta novela de no ficción ocurrieron en Francia, el 9 de enero de 1993. Jean-Claude Romand mató a su mujer, a sus hijos y a sus padres e intentó, sin éxito, suicidarse. Carrère es uno de los escritores europeos más celebrados y al relatar la vida y el juicio de este falso médico que al ver amenazada su impostura toma tan aterradora decisión revela el vacío existencial contemporáneo y a la vez renueva el género del true crime.
De vidas ajenas (2009)
Emmanuel Carrère
Dos jueces supervivientes de cáncer enfrentan su tragedia y a la vez tratan, a través de sus decisiones en el tribunal de primera instancia de Vienne (lsère - Francia), de acabar las desigualdades y los abusos de los bancos contra ciudadanos endeudados; sus decisiones ponen en aprietos a colegas de instancias superiores, pero los convierten en anónimos héroes de la justicia.
El caso Collini (2011)
Ferdinand Von Schirach
Von Schirach, abogado criminalista alemán, ha usado su experiencia en beneficio de la literatura y sus títulos evidencian que su obra es una reflexión sobre el litigio: Castigo, Crímenes, Culpa, Tabú, Terror. En su primera novela, un exempleado de Mercedes Benz asesina a un anciano y el abogado de oficio se enfrentará a un hombre que no quiere defenderse ni explicar por qué cometió el crimen, con el tiempo descubrirá que su caso tiene relación con un doloroso episodio de la historia de la justicia alemana.
La ley del menor (2014)
Ian McEwan
Una jueza de un tribunal superior especializada en Derecho de Familia tiene una crisis matrimonial y al tiempo conoce un caso en el que se involucra profundamente. Se trata de Adam Henry, un menor de edad enfermo de leucemia al que sus padres niegan una trasfusión de sangre, son Testigos de Jehová. La jueza deberá decidir de acuerdo con la Ley del Menor, un conflicto en el que la justicia y la fe se enfrentan.
Una novela criminal (2018)
Jorge Volpi
El 9 de diciembre del 2005, en México, arrestaron a dos secuestradores y liberaron a tres víctimas. Durante horas, ese país vio en directo el operativo que culminó con la detención del mexicano Israel Vallarta y la francesa Florence Cassez. Semanas después, el jefe de la policía reconoció que la transmisión había sido un montaje. Jorge Volpi es abogado y acudió a los expedientes judiciales del caso y a entrevistas para novelar un proceso kafkiano, con todas sus letras, que incluso produjo una crisis diplomática con Francia. ¿Qué es verdad? ¿Qué es justicia? Esta versión de El proceso en Latinoamérica nos recuerda la fragilidad de la verdad.
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