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Especiales / Informe


¿Cómo enseñar Derecho de otra manera?

28 de Octubre de 2019

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María Jesús González-Espejo

Abogada. Socia y fundadora de EmprendeLaw Consultora y codirectora del Instituto de Innovación Legal

 

Aún recuerdo cuando llegué a la Universidad de Amsterdam con mi flamante beca y expediente académico y me tuve que enfrentar a una forma totalmente distinta de educar. En cuanto me asignaron los primeros trabajos, tomé conciencia de mi falta de preparación, de mi incapacidad para investigar, para separar el grano de la paja, para pensar y contestar a preguntas cuya respuesta no estaba en un libro, sino esparcida entre múltiples artículos y monografías. La juventud, la ilusión por aprender y el apoyo de algunos compañeros nórdicos me ayudaron a adaptarme con rapidez al nuevo sistema y a salir airosa del duro trance. No empiezo mi escrito de esta manera porque esté senil y con ganas de hablar de mejores tiempos pasados, sino porque quiero hablar de un tema que me preocupa enormemente, como es el inmovilismo en los métodos de docencia en los estudios de Derecho en Colombia y también para compartir algunas interesantes experiencias que quizás sirvan de guía a otros que deseen explorar nuevas formas de enseñar.

 

Hace más de 24 años que dejé la universidad, pero cuando hablo con mis becarios y me cuentan cómo les enseñan, me doy cuenta de que casi nada ha cambiado. Un profesor entra en el aula, comienza a hablar desde el estrado, lo hace durante 45 minutos por término medio y se despide de sus alumnos hasta el próximo día. Como mucho, los innovadores usan presentaciones con alguna imagen y, a veces, hasta interactúan con su clase. Los más atrevidos hasta incluyen supuestos prácticos, que los alumnos deben resolver aplicando los conocimientos teóricos que el profesor les ha transmitido.

 

Pero, ¿podría enseñarse Derecho de otra forma? Es cierto que nuestra ciencia requiere el análisis del marco jurídico y de la jurisprudencia y la transmisión de muchos conceptos teóricos para los que la oratoria se presenta como una de las mejores metodologías de formación, pero es innegable también que existen otras formas de aproximar la materia a los alumnos. Expongo a continuación algunas de las que se están utilizando en varias universidades españolas, y nótese que no se trata solo de nuevas metodologías pedagógicas para enseñar Derecho, sino además de enseñar al alumno algo cada vez más importante: la necesidad de ser un abogado multidisciplinar. Ya no basta y cada vez bastará menos con saberse las leyes y sentencias; hoy por hoy, hay que ser un poquito médico, farmacéutico, informático o periodista. Esos son los profesionales que demanda la sociedad actual, humanistas formados en las ciencias jurídicas que comprenden la realidad con toda la complejidad que presenta. Pero entremos en materia y veamos lo que algunos intrépidos y creativos profesores están haciendo con y para sus afortunados alumnos:

 

Enseñar Derecho a través del cine, documentales y series de televisión

 

Por ejemplo, Ana Gemma López Martín, profesora titular de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) lo hace a través del cine. Su innovadora forma de enseñar consiste en seleccionar y hacer visionar a los alumnos, en casa o en un cine foro, películas que abordan temáticas variadas de derecho internacional (entre otros títulos, han analizado Diamantes de sangre, Inside Job, Amistad, Capitán Phillips, La Flor del desierto y Argo), así como documentales y series de televisión en abierto (El ala oeste de la Casa Blanca, Castle, Blue Bloods). Al alumno se le pide que responda a una serie de cuestiones expuestas en una ficha elaborada para cada película y luego se dialoga sobre ellas. Con toda seguridad, esta forma de analizar cuestiones clave a través de una realidad, aunque sea cinematográfica, aporta al alumno una visión de gran valor aplicada del ordenamiento jurídico.

 

Enseñar Derecho a través de las publicaciones de los medios de comunicación

 

Otro método utilizado por la misma profesora es el análisis de lo que dicen los medios de comunicación sobre un tema de actualidad. En palabras de la docente, “el derecho internacional público es una disciplina jurídica en constante y permanente evolución que forma parte del día a día de la actualidad internacional. Ello trae como consecuencia que los medios de comunicación, tanto escritos como audiovisuales, hacen eco diariamente de múltiples acontecimientos internacionales sucedidos en cualquier parte del mundo y que guardan relación directa con la aplicación o inaplicación de una norma internacional. Aunque la forma en que algunos asuntos son abordados por los medios de comunicación resulta en ocasiones errónea, y no se ajusta siempre a lo que establece el derecho internacional [...], los medios de comunicación son una herramienta novedosa, actual y atractiva para el alumno y para la docencia práctica del derecho internacional”.

 

La innovadora actividad pedagógica se articula en dos fases: la búsqueda de noticias que aborden cuestiones jurídico-internacionales y el análisis crítico de las noticias.

 

Ese análisis crítico se realiza, a su vez, a través de tres tareas:

 

1. Identificar la cuestión jurídico-internacional subyacente en la noticia.

 

2. Hacer un diagnóstico de su correcto o incorrecto planteamiento por parte del medio de comunicación; es decir, hay que lograr identificar si lo que dice la prensa es correcto o si va en contra de lo que establece el derecho internacional. La profesora López señala que es muy frecuente escuchar noticias donde confunden, por ejemplo, a la Corte Penal Internacional, que solo conoce de crímenes cometidos por personas, con la Corte Internacional de Justicia (ambas con sede en La Haya), que resuelve casos contenciosos entre Estados, o a las organizaciones internacionales con las ONG.

 

3. Definir las posibles soluciones jurídicas al caso concreto.

 

Los alumnos que hayan disfrutado de esta actividad habrán tenido la oportunidad de acercarse al “poder de los medios de comunicación”, comprender el concepto de juicio paralelo con claridad y, en suma, prepararse para un mundo donde la comunicación influye casi siempre con contundencia en la realidad.

 

Enseñar Derecho a través del uso de la técnica ‘one minute’

 

Otro proyecto de naturaleza interdisciplinar es el llamado one minute. Esta técnica sirve para evaluar al discente (alumno) y al docente (profesor), y consiste en hacer preguntas cortas al final de la clase para ver si los alumnos han entendido bien la materia, calificando su respuesta y luego comparándola con otras disciplinas. Una de las ventajas del one minute es que a través de una pregunta corta (por eso el término) se pide al alumno que responda lo que le ha parecido más interesante de la sesión y lo que no le ha quedado muy claro. Así, el profesor obtiene una valiosísima información para evaluarse a sí mismo.

 

Esta técnica se ha usado en la Universidad Complutense de Madrid para asignaturas del grado en Derecho de primero (Historia del Derecho), segundo (Derecho Internacional Público), tercero (Derecho Internacional Privado) y cuarto (Informática Jurídica); de dobles grados, y en máster, con el objetivo de comparar resultados y revisar si las calificaciones y el entendimiento mejoran según los alumnos van subiendo de curso (entre grado y doble grado; entre grado y máster).

 

Si alguno de estos alumnos decidiera dedicarse en un futuro a la prestación de servicios jurídicos, estoy convencida de que no tendría los reparos que tienen muchos de mis clientes abogados al preguntar a sus propios clientes el nivel de satisfacción frente a sus despachos. Ello se debe a que habrán aprendido que preguntar para que nos evalúen es un arte y que aplicarlo con destreza genera a medio plazo sobre todo riqueza.

 

Enseñar a desarrollar la habilidad del asesoramiento y la divulgación del conocimiento jurídico a través de la arqueología y la filología

 

Lo atractivo de este proyecto es su carácter multidisciplinar. La idea surge de la coincidencia de intereses de profesores de disciplinas de tres facultades: Derecho, Filología e Historia. El grupo mixto pretende formar a los alumnos en la dimensión social de la formación universitaria. José-Domingo Rodríguez Martín, profesor titular de Derecho Romano en la Universidad Complutense de Madrid, señala: “El objetivo es que mis alumnos de Derecho sean conscientes de la utilidad social y cultural de su formación jurídica, y vean que con solo un semestre de estudios de Derecho pueden desde asesorar ya a otros profesionales o divulgar a nivel social contenidos jurídicos, pero a la vez deben ser conscientes de la necesidad que tiene todo jurista de contar con especialistas de otras áreas para entender la vida que nos rodea, y sobre la que se trabajará aplicando normas y jurisprudencia”. Así, los alumnos de primero del doble grado de Derecho/ADE han tenido la oportunidad de asesorar a sus compañeros, mayores que ellos y de otras facultades “con la auctoritas de un jurista experimentado”. Como explica el profesor Rodríguez, “su objetivo era estudiar una ley romana que se conserva en el Museo Arqueológico (el bronce de la lex Salpensana), con el objeto de analizar su contenido y montar una web interactiva donde cualquier usuario pueda, pinchando en una imagen de la norma, encontrar las explicaciones de mis alumnos sobre el contenido jurídico de la ley”. Lo mejor es que los alumnos de Derecho necesitaron la ayuda de otros especialistas para poder hacer su trabajo, y por ello colaboraron mano a mano con alumnos de máster, tanto de Filología Clásica (quienes les ayudaron con el texto de la ley) como de Historia (quienes les ayudaron a contextualizar la ley).

 

Gracias a este proyecto, filólogos, historiadores y juristas han unido fuerzas y el resultado es una web que va a ofrecer al usuario una manera fácil y amena de disfrutar del contenido del bronce del Museo Arqueológico, donde encontrará las explicaciones filológicas, históricas y, sobre todo, jurídicas, de alumnos de tres facultades diferentes de la UCM.

 

Además, los estudiantes han tenido la oportunidad de realizar un seminario multidisciplinar y unas prácticas en el Museo Arqueológico con acceso directo al bronce original.

 

El objetivo final de esta actividad, en palabras del profesor Rodríguez Marín, es que “ahora extrapolen esta experiencia y continúen con la misma actitud en el resto de sus estudios jurídicos, fuera ya del ámbito del derecho romano”. Como he señalado al inicio del artículo, me parece esta una enseñanza magistral y muy útil para los alumnos.

 

#CrocoProyect: enseñar Derecho utilizando internet y las herramientas que este medio ofrece

 

Twitter es una red social a la que se suman cada vez más juristas, por eso el profesor de Derecho Procesal Alberto Postigo, de la Universidad de Málaga (UMA), encargó hace algunos años a sus alumnos del Seminario de Derecho Procesal sobre Internet y Redes Sociales el ambicioso objetivo de conseguir miles de autorretratos de personas con un reptil de plástico o similar para aprobar su asignatura. El fin era lograr que los estudiantes conocieran bien todas las redes sociales para luego profundizar en sus aspectos legales.

 

El proyecto recibió el nombre de CrocoProyect y alcanzó una impresionante repercusión mediática (de hecho, yo supe de él a través de una noticia en el telediario del mediodía) que, con toda seguridad, enseñó importantes lecciones a sus alumnos –a los que estoy convencida de que logró amalgamar como grupo, no hay más que ver la foto que han subido para identificarse en su perfil de Twitter– sobre las redes sociales y su capacidad de viralizar un mensaje, así como sobre las posibilidades que una buena idea puede generar a quien con valentía decide “romper moldes”. La otra gran beneficiada por la genialidad fue la Universidad de Málaga, que obtuvo una interesante publicidad, sin inversión alguna, vinculando su imagen a la de la innovación y la tecnología.

 

Mi propia experiencia

 

Finalmente, quiero compartir mi experiencia. Ya en dos ediciones he incluido entre las actividades de mis alumnos del Máster de Acceso a la Abogacía de la Universidad Antonio de Nebrija una dirigida a lograr también familiarizarles con el uso de algunas herramientas que me parecen muy útiles para un abogado y a que desarrollen sus habilidades de comunicación escrita en Internet. Para ello, deben redactar un post sobre un tema relacionado con el uso del lenguaje jurídico, archivarlo en un gestor documental en la nube y compartirlo a través de Twitter, utilizando algunas de las funciones básicas que incluye esta red social. Otra experiencia la he desarrollado en Icade, donde hemos tenido el privilegio de contar durante una clase con la presencia del juez decano de Alcobendas, Javier Martín-Borregón, quien nos explicó las claves de uno de los documentos que habíamos estudiado con los alumnos en la asignatura de Técnicas de Comunicación Escrita: la sentencia. Los alumnos remitieron con anterioridad a la sesión sus preguntas, reunimos unas 30 y charlamos con el juez, en un formato tipo entrevista de programa de televisión, con la finalidad de darles respuesta.

 

En conclusión, es posible innovar en la enseñanza del Derecho y hacerlo es esencialmente divertido. No tengo ninguna duda de que los alumnos disfrutan de estas experiencias y aprenden de otra forma, posiblemente menos “árida”, aspectos teóricos y aplicados del Derecho.

 

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