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23 de Abril de 2024 /
Actualizado hace 1 hora | ISSN: 2805-6396

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Especiales / Informe


‘Coaching’ jurídico, ¿tendencia o necesidad?

21 de Junio de 2018

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El coaching es una disciplina de origen norteamericano que inició en el campo deportivo, en la cual un entrenador se encarga de potencializar las habilidades que posee un deportista, con el fin de lograr su mejor desempeño y desarrollo profesional, a través del autoconocimiento, la seguridad y la confianza.

 

Actualmente, debido a su éxito, se dirige a todas las personas, áreas y profesiones que quieren avanzar en sus competencias y poner en marcha herramientas que les permita alcanzar sus objetivos, tanto en el ámbito personal como profesional.

 

La persona, empresa u organización interesada en iniciar en coaching debe partir de una realidad hacia un estado ideal, el cual está basado en objetivos y metas de realización, en orden de prioridades, teniendo en cuenta temas como el trabajo, la salud, la familia, la pareja, la espiritualidad, entre otros.

 

La técnica consiste en recibir recomendaciones por parte de un coach o entrenador para que la persona (coachee o entrenado) busque el camino para lograr sus metas, usando sus propios recursos y habilidades, fuertemente apoyados en la motivación, la responsabilidad y la creatividad.

 

Los abogados no han sido ajenos a esta realidad y, por el contrario, cada vez más buscan herramientas para convertirse en grandes personas, líderes que conozcan a su equipo de trabajo y en mejores asesores para sus clientes, aprendiendo a comunicarse y a manejar sus emociones.

 

El coaching jurídico no es una modalidad de estudio, pues apenas está en su etapa de formación. Sin embargo, ello no obsta para que los profesionales del Derecho se certifiquen en alguna de las organizaciones nacionales o internacionales que regulan estas prácticas profesionales.

 

Conocimiento del ser

 

Según María Victoria Niño, abogada pionera y experta en el tema, para los abogados sería fundamental contar con recursos y destrezas que les permitan reconocer su entorno, entender al ser humano que está activando el quehacer legal y qué hay detrás de aquel. De esta manera, resolver situaciones en liderazgo y gestionar las propias emociones, logrando mayor rendimiento personal y corporativo.

 

En esta medida, el coaching jurídico está relacionado con el coaching ontológico, en cuanto al conocimiento del ser y sus formas de expresar, ya que todos los seres humanos tienen una forma diferente de ver las cosas y una predisposición a las situaciones.

 

Así, un coach ontológico busca acompañar al ser humano y a transformar aquellos espacios de aprendizaje, reconociendo que detrás del servicio jurídico está una persona al servicio de una comunidad, evitando caer en el “doctorismo” y sin desligar el aspecto personal, profesional y emocional.

 

Para llegar a ser un verdadero coach jurídico, indica Niño, el abogado simplemente debe querer hacerlo y, por ende, contar con la capacidad de conectar su ser y el de su cliente, en busca de la mejor solución para una situación o conflicto planteado.

 

Sin embargo, lograr esto es muy difícil, pues no todos estudian Derecho por las mismas razones y no a todos les gusta lo mismo, aunque es legítimo aplicar lo aprendido desde la mejor óptica profesional.

 

Escucha e indagación activas

 

Lo ideal sería que todos los abogados se interesaran por ahondar en estos temas y por entender realmente cuál es el asunto que requiere de sus conocimientos. Así, saber preguntar y tener una escucha activa son aspectos muy importantes que no están incluidos actualmente en el pénsum de Derecho y no lo estandarizan como un servicio, sino como un mecanismo de poder.

 

La escucha activa atiende no solo la comunicación verbal, sino saber interpretar la emoción que hay en las palabras, en el tono de la voz y todo lo que ocurre en el entorno de quien acude a los servicios jurídicos, tan solo en el transcurso de una conversación.

 

Por su parte, el arte de preguntar se refiere a realizar preguntas abiertas que busquen obtener información, por ejemplo, qué pasó, cómo, cuándo, dónde, por qué y para qué, orientadas a que el cliente pueda expresar todo lo que desea y a que el abogado entienda mejor el caso y pueda brindar una solución más humana y menos tediosa tanto en el tiempo como en el desgaste emocional y económico.

 

En el campo corporativo, el coaching jurídico puede darse cuenta de que su quehacer en el área jurídica no afecta solo este escenario, sino que tiene que ver con todas las áreas de la empresa. Por tanto, su relación con el área comercial y financiera (producto, consumo y servicio) es vital para hacerse cargo de las necesidades de la compañía, desde la perspectiva de una escucha activa y amplia.

 

Esa es la capacidad que se espera que un abogado del mundo contemporáneo posea, porque los códigos y las reglas están ahí, en clase o en internet, mientras que la capacidad de servicio se debe potencializar desde lo humano.

 

Talleres vivenciales y prácticos

 

Se espera que a futuro el coaching jurídico sea una formación a largo plazo y que tenga una carga académica y de horario importante, agrega Niño. No obstante, es este momento está pactado por módulos de sensibilización dentro del pénsum, en una clase más dinámica, con talleres vivenciales y prácticos.

 

Las universidades Militar Nueva Granada y Pontificia Javeriana incursionarán en esta línea a partir del segundo semestre del 2018. No se trata de un curso, diplomado o especialización, solo busca, por el momento, brindar pautas relacionadas con coaching jurídico a los estudiantes de último semestre de consultorio jurídico.

 

De otra parte, firmas de abogados como Adalid Corp. han dictado en varias ocasiones cursos de coaching jurídico dirigidos a que los profesionales entiendan las limitaciones, miedos y dudas que envuelven el ejercicio del Derecho y cómo superarlos, con el control del tiempo, la forma de interrogar, la interpretación de los alegatos y demás detalles del ejercicio profesional, lo cual incluye conocimientos de programación neurolingüística, lenguaje corporal y técnicas de negociación.

 

La crisis de credibilidad que hay en las instituciones y en la justicia genera que el surgimiento del coaching jurídico no sea una moda o una simple tendencia, sino una necesidad, enfocada en el conocimiento de las personas que están detrás de aquellas instituciones y de los operadores de justicia.

 

Además, es necesario devolverle al Derecho esa caracterización de profesión digna y honorable, independientemente del rol o del área en la que el abogado se quiera especializar o desempeñar.

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