Carlos García, gerente de Transmilenio, anunció que la empresa contrató con la firma británica Steer Davies Gleave la elaboración de un estudio minucioso sobre el funcionamiento del sistema, que permita reorganizar el servicio que prestan los articulados en la ciudad. Dicha evaluación, que tarda aproximadamente cinco meses y cuesta alrededor de US $ 100 mil, determinará aspectos como la entrada y salida de los usuarios de los articulados, tiempos de despacho de los buses, cruces en la intersecciones y deterioro en las losas, entre otros. De otra parte, el funcionario informó que se mantendrán por varios días las recientes medidas de seguridad, adoptadas como resultado de los reclamos de usuarios inconformes con el servicio.