La clasificación de los inmuebles para efectos de facturación del servicio de aseo se origina en el uso que se da a los mismos y al volumen de residuos que produzcan. Así las cosas, tanto al inmueble destinado a residencia como a cada uno de los locales que en él existan se les factura como usuario independiente, residencial o comercial, según el caso, precisó la Superintendencia de Servicios Públicos, en reciente concepto. El tratamiento de usuario residencial se aplica a los locales comerciales sin importar su número, siempre y cuando no superen los 20 metros cuadrados y no produzcan más de un metro cúbico de residuos.