Uruguay se convirtió este lunes en el primer país en ratificar el Convenio Internacional sobre Trabajo Doméstico, que busca proteger y evitar cualquier tipo de abuso en contra de estos trabajadores.

El instrumento les garantiza un tratamiento similar al que tienen otras categorías de empleados y exige que los gobiernos verifiquen sus condiciones contractuales.

Según el texto, el trabajador doméstico podrá escoger libremente si residirá o no en el lugar de trabajo, contará con descanso semanal y vacaciones pagadas y tendrá derecho a conocer sus condiciones laborales, entre ellas, la remuneración, el horario, los periodos de descanso, las causas de terminación del contrato, entre otras.

Además, ordena que existan condiciones adecuadas de vivienda y alimentos para quienes vivan en los hogares donde trabajan.

Cerca de 120.000 trabajadores uruguayos se verán beneficiados con esta norma, que ha sido respaldada por la ONG Human Rights Watch.

“Ahora que Uruguay se ha convertido en el primer país en ratificar el Convenio, ansiamos saber cuál será el siguiente país en emular esta loable decisión y, de este modo, permitir que el tratado entre en vigor”, sostuvo Jo Becker, directora de defensa de los derechos del niño de esa organización internacional.