En marzo del 2009, a través del Decreto 1135, el Gobierno dispuso que a partir del año 2012, el 60 % de los vehículos automotores de hasta 2.000 centímetros cúbicos (cm3) de cilindrada que se fabriquen, ensamblen, importen, distribuyan y comercialicen en el país que requieran gasolina para su funcionamiento debían estar acondicionados para que sus motores funcionen normalmente utilizando indistintamente ese combustible o mezclas compuestas por gasolinas tradicionales y, al menos, un 85 % de alcohol carburante. El porcentaje del 60 % aumentaría gradualmente hasta completar el 100 %, a partir del 2016, mientras que para todas las marcas y modelos de más de 2.000 cm3, el 100 % regiría a partir del 2013. Hace unos días, el Ejecuto derogó dicho decreto y estableció nuevas directrices aplicables al uso de alcoholes carburantes y biocombustibles para vehículos automotores.