WeCrashed y el emprendimiento salvaje

Las crisis del capitalismo le han dado a Hollywood mucho material, el principal referente cinematográfico es la película de Oliver Stone, Wall Street (1987); pero el colapso financiero del 2008 produjo un estallido creativo que ya completa dos décadas con títulos sobre las causas y consecuencias de la ambición desmedida de los inversionistas: Inside job (2010), Margin call (2011), Too big to fail (2011), The wolf of Wall Street (2013), Big short (2015) y The wizard of lies (2017).

Y en esa búsqueda exacerbada de dinero el discurso del emprendimiento ha calado como la inspiración de alguien dotado para crear una revolución en la economía y redefinir las reglas del mercado.

Tal vez esa descripción se ajuste a muchos personajes cinematográficos, el recurrido estereotipo del hombre hecho a sí mismo, pero también a Adam Neumann, creador de WeWork, la startup de espacios compartidos para trabajar (coworking) creada en New York y que se expandió a 38 países, el segundo unicornio con la mayor capitalización en la historia de EE UU después de Uber. (Lea: Tetris, diversión, riqueza y muerte)

Precisamente este animal de fantasía recorre las oficinas de WeWork en la introducción de la serie de ocho capítulos de Apple TV, Wecrashed (2022), protagonizada por Jared Leto y Anne Hathaway.

Se trata de un relato sobre la creatividad e ilusión de jóvenes con ideas que ahora denominan disruptivas, pero a la vez un reflejo del riesgo del personalismo en el proceso de crear empresa. (Lea: Perry Mason para una época oscura)

Capítulo a capítulo se ve cómo el crecimiento rápido, acaparar el mercado y acabar con la competencia son pasos de manual para estas compañías, todo a costo de deuda y de conseguir más inversionistas para mantener la operación, una carrera sin control y con una administración caótica disfrazada de liderazgo espiritual. (Lea: Pirámide estrato seis)

WeWork llegó a valorarse en 47 mil millones de dólares sin producir beneficios a sus inversionistas, pero eso no importaba porque la apuesta era hacer pública la compañía en la bolsa de valores.

Esta serie es interesante por lo que muestra sobre la dirección de empresas familiares, la relación con los inversionistas y los consejos de administración y la responsabilidad social corporativa.

También porque Neumann no estaba preparado administrativamente, y las regulaciones para salir al mercado, las auditorías, el papeleo y los abogados chocaban con su visión, que desprecia las normas y la burocracia. Esa disrupción le pasó cuenta de cobro y perdió el control de su compañía. (Lea: El Núremberg argentino)

La historia actual de WeWork es bien conocida y se estudia en las facultades de administración, su valoración no llegó a lo que se creía y se habla de riesgo de bancarrota.

Los defensores del mercado dicen que una mano invisible corrige estas anomalías, o tal vez no, Neumann salió de esta crisis multimillonario y acaba de recaudar mil millones de dólares para su nuevo proyecto inmobiliario. (Lea: La salud es un negocio)