Los bonos naranjas y la evolución de los mercados: los ‘bowie bonds’ y el ‘bond-i’
Tomás D. Rodríguez Correa
LL.M. int. Universität Heidelberg (Alemania)
Twitter: @tdrodriguezc, tdrodriguezc@gmail.com
El pasado 29 de noviembre, el Banco de Comercio Exterior de Colombia S. A. -Bancóldex emitió 400.000 millones de pesos equivalentes a 40.000 títulos o bonos a través de la Bolsa de Valores de Colombia (BVC). Esta emisión se deriva del cupo global autorizado de hasta tres billones de pesos ($3.000.000.000.000) de Bancóldex, el cual también ha sido utilizado para la emisión y colocación de bonos verdes, bonos sociales y bonos sostenibles.
Esta es la primera emisión de bonos destinados a impulsar la economía derivada de la industria de la propiedad intelectual en el país. El impacto de los bonos en el mercado de valores colombiano se determinará con el tiempo, según el numeral 5.1.2 (iv) del prospecto de información modificado por la Adenda 5, los bonos naranjas serán destinados para financiar total o parcialmente proyectos naranja elegibles. De acuerdo con este numeral, se entienden por elegibles aquellos que fomentan la economía creativa basada en talento, la propiedad intelectual, la conectividad y la herencia cultural de Latinoamérica. También comprenden aquellos proyectos que promueven las industrias creativas y/o economías culturales. Finalmente, los proyectos naranjas también comprenden industrias culturales convencionales, creaciones funcionales, nuevos medios, software, arte y patrimonio[1].
Los bonos naranjas tienen un precedente en el mercado estadunidense con la experiencia del cantante David Bowie, famoso por temas como The man who sold the world (1970), quien innovó en los mercados de capitales en la década de los noventa. Por otro lado, los bonos naranjas se encaminan al uso de las tecnologías financieras (fintech). El Banco Mundial, y bancos en Australia y Austria están mostrando al mundo cómo las nuevas tecnologías revolucionan el mercado de bonos.
Los Bowie bonds: una experiencia financiera naranja
La historia de los bonos respaldados en propiedad intelectual se remonta a los años noventa. El banquero Paul Newman propone al cantante David Bowie vender títulos de deuda respaldados en las regalías que el artista produjera en los próximos 10 años. Según los diarios británicos British Broadcasting Corporation (BBC)[2] y Financial Times[3], los bonos fueron emitidos por EMI y comprados por la empresa norteamericana del sector asegurador Prudential Finance Inc. por un valor de 55 millones de dólares, con pagos periódicos a capital (es decir, con disminución anual del capital) y una tasa de interés anual del 7,9 %. Los bonos fueron calificados por la calificadora de riesgos Moody´s con grado de inversión.
Posteriormente, en el 2004, los bonos de la estrella del pop fueron calificados por Moody´s solo un grado por encima de “Junk”, el grado más bajo de inversión (inversiones especulativas). De acuerdo con la BBC, en el 2004, este deterioro se debió a la caída de la industria musical.
Para finales de la década de los noventa, e inicios del nuevo siglo, la industria del internet estaba en sus etapas prematuras, con ella el ingreso de nuevas empresas tuvieron un impacto considerable en la industria musical. Este fue el caso de la compañía americana Napster, que diseñó un modelo para compartir documentos o archivos en el internet basado en el Peer-to-Peer (P2P), especializándose en documentos MP3. Este modelo de diseminación de información en la web puso en jaque las ganancias provenientes por derechos de autor, ya que logró incentivar a los consumidores de la industria musical a adquirir gratuitamente música en formato MP3 vía P2P, en lugar de comprar la discografía original de los artistas. Este fenómeno, claramente afectó el precio en que los inversionistas transaban los Bowie bonds. Los títulos crediticios fueron finalmente liquidados en el 2007, cuando alcanzaron su maduración. Según el diario Financial Times, hasta el año 2011 el Banco Citi, que respaldó la estructuración de los bonos, embargó los bienes de la compañía EMI[4].
‘Bond-i’: instrumentos de deuda operados a través de ‘blockchain’
Las emisiones de bonos en el mercado de capitales colombiano es una oportunidad para proyectar las nuevas operaciones basadas en tecnologías financieras (fintech) y repensar la regulación que se ha pretendido dar a las mismas. Este es el caso del sistema blockchain, el cual no solo ha sido utilizado para la emisión de criptomonedas, sino además para la creación, distribución, transferencia y manejo de bonos del Banco Mundial.
En agosto del 2018, el Banco Mundial lanzó el primer i-bond a través de tecnologías de registro distribuido (del inglés Distributed Ledger Technology - DLT) como blockchain. Este proyecto se realizó en colaboración con el Commonwealth Bank of Australia. La emisión fue por 110 millones dólares australianos, con maduración a dos años, y con un interés anual de 2,20 % pagaderos cada seis meses.
La evolución de este mercado en Colombia es relevante en la medida en que un exitoso mercado de bonos podría abrir las puertas para la implementación del mecanismo blockchain en su emisión, que hasta noviembre del 2018 únicamente ha sido utilizado por el Banco Mundial, el Commonwealth Bank of Australia y el Oesterreichische Bundesfinanzierungsagentur (Banco Central de la República de Austria)[5].
El sistema está estructurado de la siguiente manera: existen cuatro nodos[6], dos manejados por el Banco Mundial en Washington y dos manejados por el Commonwealth Bank of Australia en Sídney. Esta unión construye una DLT que permite emitir los términos de condiciones para que sean revisados por inversionistas en tiempo real, e igualmente realizar directamente sus ofertas en la subasta al mismo tiempo que se construye el libro de ofertas[7]. Los inversionistas posen claves de autenticación que les permiten entrar a la plataforma a través de una interfaz web y transar los bonos en tiempo real.
Dentro de los beneficios de este método de operación se encuentran el uso más eficiente y eficaz de las operaciones, la facilidad del uso para los inversionistas, la naturaleza intuitiva de la plataforma para los usuarios y la posibilidad de adquirir un bono con un solo clic[8]. Adicionalmente, el Banco Mundial señaló otros beneficios como la transparencia, el uso de reglas de smart-contracts en el i-bond, y la posible participación de un regulador a través de un nodo informático adicional, entre otros[9].
El Commonwealth Bank of Australia ha señalado que el uso de blockchain en la emisión de bonos permitirá crear asociaciones entre emisores y entidades bancarias a través del mundo mediante el establecimiento de nuevos nodos informáticos que permitirá crear una plataforma global [10].
La implementación de tecnologías blockchain en Colombia implicaría el análisis de normativa en lo relativo a la oferta pública de valores, en especial la parte 6 del Decreto 2555 del 2010 conjuntamente con los estándares, buenas prácticas, y en general instrumentos de soft law implementados en el emergente Derecho Financiero Internacional. Adicionalmente, en Colombia, la Ley 964 del 2005 permite al gobierno intervenir en el mercado de valores para que la regulación se ajuste a las nuevas innovaciones tecnológicas y se facilite el desarrollo de nuevos servicios y menos cargas administrativas (artículo 1 [B][2]).
Conclusiones:
La experiencia norteamericana de los Bowie bonds demostró que la rentabilidad de los bonos respaldados en proyectos artísticos fue vulnerable a la tecnología P2P y la violación de derechos de autor. Esta perspectiva sembró un importante precedente para el emergente mercado de bonos naranja en Colombia. La protección de los derechos de autor y la propiedad industrial jugará un papel clave para los proyectos financiados con recursos de los bonos transados. Si los retornos o ganancias provenientes de la explotación de estos derechos no cuentan con garantías legales e institucionales que los protejan y garanticen la probabilidad de impagos por parte de los deudores y la consecuente baja calificación por las calificadoras de riesgos podría ser considerablemente posible.
Las nuevas tecnologías y, en especial las relacionadas con DLT como blockchain, abren las puertas a nuevos desarrollos en el mercado de bonos corporativos y públicos. Entre las principales ventajas del uso de tecnologías están la transparencia, eficiencia y eficacia de los procesos, y la apertura de nuevas tecnologías como contratos inteligentes o smart-contracts. Finalmente, el uso de blockchain podría colaborar en la internacionalización del mercado de capitales colombiano, haciendo parte en emisiones de bonos en el exterior o invitando a entidades extranjeras a participar en emisiones nacionales.
[1] Para una lista detallada de los proyectos elegibles ver Adenda 5 Prospecto de Información Cupo Global hasta 3.000.000.000.000 de Bancóldex.
[2] Tom Espiner, “Bowie bonds” - the singer's financial innovation, British Broadcasting Corporation. Disponible en https://www.bbc.com/news/business-35280945.
[3] Dan McCrum, A short history of the Bowie Bond, Financial Times. Disponible en: https://ftalphaville.ft.com/2016/01/11/2149761/a-short-history-of-the-bowie-bond/.
[4] Ibídem
[5] En octubre del 2018, el Banco Central de la República de Austria emitió bonos soberanos usando tecnología blockchain. Información disponible en el siguiente link: https://www.oekb.at/en/oekb-group/presse/pressemitteilungen/2018/blockchain-einsatz-bei-bundesanleihebegebungen-gestartet.html
[6] Información disponible en la página oficial del banco de Australia: https://www.commbank.com.au/business/business-insights/project-bondi.html
[7] Ib.
[8] Ib.
[9] World Bank Treasury, Webinar on Blockchain Bond World Bank Treasury, 2018. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=lqYAcDTTAU0&t=310s
[10] Ib.
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