“Se necesita una estrategia integral para combatir la prostitución infantil”
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22 de Agosto de 2025
La joven abogada María Paula Cárdenas Gómez ha enfocado parte de su vida profesional a investigar sobre temas civiles y de familia. Fruto de sus inquietudes académicas, publicó la obra La delincuencia y la prostitución infantil, cara a cara, en la que realiza una mirada trasversal a este delito y a su crecimiento exponencial en la sociedad colombiana.
Nieta del penalista Horacio Gómez Aristizábal, María Paula representa esa nueva generación de profesionales que sigue las enseñanzas de esos maestros del Derecho que guiaron varias generaciones de juristas.
ÁMBITO JURÍDICO: ¿Cree que la legislación y la jurisprudencia se ha ido adecuando a los cambios que ha tenido el concepto de “familia” en Colombia y en el mundo?
María Paula Cárdenas Gómez: El Derecho, como herramienta de transformación social, tiene el deber de adaptarse a las realidades culturales, sociales y económicas de cada época, con el fin de regular de manera efectiva las conductas y relaciones humanas. La familia, como núcleo esencial de toda sociedad, debe ocupar un lugar prioritario en la actualización y adecuación de las políticas legales de cualquier nación, reconociendo y protegiendo las nuevas formas y conceptos que surgen con el paso de las generaciones.
Considero que Colombia y el mundo avanzan progresivamente hacia la satisfacción integral de las necesidades de las familias contemporáneas. Países como Suecia, Noruega e Islandia son referentes globales por sus políticas inclusivas y progresistas en materia de familia. Colombia, por su parte, ha mostrado un notable dinamismo jurisprudencial que ha permitido proteger realidades antes no previstas por la ley, generando precedentes que, con el tiempo, se consolidan y contribuyen a la evolución de nuestro ordenamiento jurídico.
Á. J.: A un año de la expedición de la Ley sobre Familias de Crianza, ¿qué opina sobre su funcionamiento?
M. P. C. G.: Es una ley de gran relevancia, que soluciona uno de los problemas estructurales de la justicia colombiana: la grave congestión judicial, que vuelve los procesos excesivamente lentos por las desproporcionadas cargas que enfrentan los despachos. Esta norma introduce herramientas procedimentales que permiten a las personas tramitar el reconocimiento de hijos o nietos de crianza directamente ante notario, quien, en su función pública, da fe de una realidad fáctica, evitando así acudir inicialmente a los estrados judiciales.
No obstante, de una lectura detallada de la norma surgen interpretaciones que requieren precisión para evitar riesgos de inconstitucionalidad. Citando a mi apreciada profesora y mentora, Sonia Segura, destaco dos puntos esenciales: primero, que, en caso de cualquier discrepancia entre las partes, el asunto debe remitirse a la jurisdicción ordinaria mediante el procedimiento verbal del Código General del Proceso, y, segundo, que la facultad para iniciar el procedimiento de declaración de hijo de crianza corresponde tanto a los padres de crianza como a los propios hijos de crianza.
Á. J.: En su libro ‘La delincuencia y la prostitución infantil, cara a cara’, usted expone las crueles cifras de este delito en Colombia. ¿Qué hacer para que este fenómeno deje de crecer en el país?
M. P. C. G.: Así es. Este libro es una obra vehemente y directa, que enfrenta sin rodeos una realidad profundamente dolorosa para Colombia y para nuestra región. Estoy convencida de que el primer paso para combatir cualquier flagelo es hablar de él, por más duro que sea, porque solo al reconocerlo podemos preguntarnos qué acciones concretas debemos emprender para detenerlo.
Entre las soluciones que propongo, considero prioritarias:
- Implementar programas educativos de alta calidad en las regiones más golpeadas por la violencia estructural.
- Brindar protección efectiva a las madres cabeza de familia y apoyo integral a las trabajadoras sexuales con hijos.
- Fortalecer el sistema judicial para menores, con un enfoque humanizado y especializado.
- Impulsar la cooperación entre Estados para desmantelar redes de trata y prostitución infantil.
Solo así podremos pasar del diagnóstico a la acción y construir un país donde la infancia no sea una víctima más de la indiferencia social.
Á. J.: ¿Cómo evitar que el país siga siendo un destino para pedófilos y para quienes lo ven como un lugar de turismo sexual?
M. P. C. G.: Con penas duras e implacables y una política de tolerancia cero frente al turismo sexual de menores. Pero no basta con castigar: se necesita una estrategia integral que incluya el fortalecimiento de la investigación criminal, el control estricto en zonas turísticas de riesgo, la cooperación internacional para identificar y detener a los ofensores antes de que ingresen al país, y campañas de sensibilización que dejen claro que Colombia no es, ni será, un paraíso para la explotación sexual infantil.
Á. J.: Según cifras de la Superintendencia de Notariado y Registro, que usted reseñó recientemente en una columna de Ámbito Jurídico, una de cada tres sucesiones termina en líos legales y decidida en estrados judiciales. ¿Por qué sucede esto?
M. P. C. G.: En Colombia se ha arraigado una noción desafortunada que podríamos llamar “la ley del más vivo”, donde se normaliza pasar por encima de los demás para salvaguardar intereses personales. Esta mentalidad se refleja no solo en los procesos de familia, sino también en múltiples escenarios de la vida diaria: desde quien se cuela en una fila, hasta quien se declara insolvente de forma fraudulenta, quienes se confabulan para despojar a otros de su patrimonio, o las redes de estafas telefónicas que roban millones de pesos cada día.
Se trata, en gran medida, de un problema cultural profundo que no se resuelve únicamente con normas o sanciones, sino con un cambio de mentalidad que debe impulsarse desde la formación de las nuevas generaciones. Por eso, en mis textos y reflexiones, procuro abrir debates que nos lleven a repensarnos como miembros de una colectividad, entendiendo que la familia, como núcleo de la sociedad, es el primer escenario donde se forjan valores como el respeto, la honestidad y la solidaridad.
Á. J.: Finalmente, siendo usted nieta del reconocido penalista Horacio Gómez Aristizábal, ¿cómo considera que una figura tan importante como su abuelo ha influido en su formación jurídica?
M. P. C. G.: Mi abuelo ha sido un pilar fundamental en mi vida. Todo lo que soy como profesional y como persona se lo debo, junto con mi gratitud eterna, a él, a mi madre María Alexandra Gómez (su hija) y a Dios. Como él siempre me recuerda, la verdadera escuela es la universidad de la vida, y en esa cátedra he tenido el privilegio de contar con sus consejos, su mentoría, su apoyo incondicional y, cuando ha sido necesario, sus oportunos llamados de atención.
Gracias a su experiencia y a mi impulso juvenil, hemos formado un equipo sólido que ha sido clave en varios procesos de los que hemos salido más que victoriosos. Para mí, el mayor honor es continuar su legado, mantener en alto su nombre y proyectar esos valores éticos, profesionales y humanos por muchas generaciones más.
María Paula Cárdenas Gómez
Abogada y especialista en Derecho Procesal de la Universidad del Rosario. Autora de la obra La delincuencia y la prostitución infantil, cara a cara. Trabaja como litigante en temas como saneamiento de títulos y trámites notariales, asuntos civiles y de familia y es conferencista internacional.
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