La evolución legal de situaciones de control y/o de grupos empresariales, que abarca personas naturales y/o jurídicas de naturaleza civil o comercial con vinculaciones económicas y comerciales, no incluye relaciones de otra índole, como sería el caso de las que resultan de uniones maritales de hecho, entre cónyuges o de parentesco, como la que existe entre padre e hija, precisó la Superintendencia de Sociedades. Cuando el artículo 29 de la Ley 222 de 1995, sobre informe especial a la asamblea o junta de socios, se refiere a “entidades” involucra no solo a entidades configuradas como sociedades comerciales, sino a sujetos de naturaleza no societaria, de comprobada relevancia económica, tanto en calidad de matriz como de subordinada, reconociendo la realidad de las relaciones económicas en este tipo de estructuras de mercado.