La Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia recordó la importancia del consentimiento informado al negar la acción de tutela instaurada por un médico bariátrico sobre la decisión que lo declaró responsable por la muerte de una paciente, considerando que su consentimiento estuvo viciado ante la innegable falta de información de la enfermedad de base que presentaba y las posibles complicaciones que de ellas se podía derivar tras la práctica de una cirugía para combatir la obesidad. Justamente, el alto tribunal explicó que el consentimiento materializa el derecho fundamental de todo paciente a tomar decisiones preponderantes en torno a su salud física y mental. Por eso es que insistió en que la información dada debe ser (i) veraz, en tanto el médico no puede omitirla o negarla, pues carece de la facultad de decidir lo mejor para el enfermo, si este goza de capacidad de disposición de sus derechos; (ii) de buena calidad, mediante una comunicación sencilla y clara, con el fin de que el interlocutor comprenda la patología padecida y el procedimiento a seguir y (iii) de un lenguaje comprensible y entendible, pues, en muchas ocasiones, lo técnico resulta ininteligible, confuso e incomprensible (M. P. Luis Armando Tolosa).