Teniendo en cuenta el caso de un motociclista que fue atropellado por un tracto camión y como consecuencia del accidente de tránsito le amputaron su pierna izquierda, la Sala Civil de la Corte Suprema evaluó la responsabilidad del conductor, de la empresa contratante y del dueño del vehículo, con el fin de resolver que las actividades peligrosas desplegadas  por la víctima constituyeron una causal eximente de responsabilidad.  En materia jurisprudencial, el alto tribunal aclaró que en la graduación de culpas en presencia de actividades peligrosas concurrentes “el juez tiene el deber de examinar a plenitud la conducta del autor y  de la víctima para precisar su incidencia en el daño y determinar la responsabilidad de uno y otra” (M. P. Luis Armando Tolosa).