Los programas “puntos de encuentro” y “proyectos comerciales permanentes”, liderados por el Instituto para la Economía Social (Ipes), que buscan reubicar a los vendedores informales que ocupan el espacio público, son un fracaso, afirmó la Personería de Bogotá. El nivel de uso de los puntos comerciales es medio, mientras que el estado de la cartera es alto. La falta de decisión y compromiso por parte de los beneficiarios ayuda a que vuelvan a la calle. Por su parte, los puntos de encuentro, que requirieron $ 5.704 millones en su implementación, están ocupados apenas en un 38 %. De acuerdo con el ente de control, estos módulo ubicados, varios de ellos, en sitios poco accesibles y junto a espacio público ocupado por más vendedores informales hace poco atractivas las posibilidades de formalidad.