Así lo propone una iniciativa radicada ante la Cámara de Representantes y que obligaría a todo proyecto vial terrestre de longitud mayor de cinco kilómetros en sectores rurales que en su recorrido fragmente ecosistemas terrestres a incluir la localización y diseño de corredores ecológicos. Los corredores son franjas boscosas de longitud y ancho variables, que interconectarán los hábitats, permitiendo el flujo de especies y asegurando la continuidad del ecosistema. Estos corredores ecológicos podrán lograrse mediante procesos constructivos viales tales como túneles, deprimidos o soterrados, viaductos o cualquier otra forma que interrumpa la discontinuidad del ecosistema. La iniciativa va más allá y plantea que las carreteras ya existentes construyan este tipo de franjas ecológicas para garantizar la conservación del hábitat y el ecosistema. También se prohibiría de manera expresa que el diseño de vías terrestres pueda afectar las zonas de recarga o el retiro de ronda de nacimientos de agua con caudal superior a un litro por segundo. Por último, se prohibiría la intervención de cauces naturales cuando tengan un caudal superior a los cinco litro por segundo.