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28 de Marzo de 2024 /
Actualizado hace 15 horas | ISSN: 2805-6396

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Noticias / Tributario


OPINIÓN: Régimen de zonas francas continúa acechado por la reforma tributaria

05 de Octubre de 2022

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Nicolas Potdevin Stein

 

Socio de Gómez-Pinzón Abogados

Nicolás Potdevin4

Como quien lee una historia sobre caníbales, las zonas francas ya no solo están en el objetivo de la reforma tributaria, sino que el Gobierno ya dictó sentencia anticipada para terminar este régimen. En nuestra columna pasada, Las zonas francas, en la mira de la reforma tributaria, destacamos que la reforma buscaba imponerles a las zonas francas compromisos de exportación, muy a pesar de los posibles incumplimientos de los compromisos de Colombia ante la OMC.

Todo bajo la falsa y errónea concepción de que las zonas francas son un mecanismo de promoción de exportaciones, desconociendo que la Ley 1004 del 2005 expresamente señaló que el espíritu de este régimen es el de atracción de nuevas inversiones, generación de nuevos empleos, promoción de economías de escala, etc; desde el 2005, las zonas francas por mandato legal han sido un mecanismo para exportar bienes y servicios, porque, como está dicho, eso posiblemente violaría los compromisos de Colombia ante la OMC. Por eso siempre se ha dicho que las zonas francas no están violando ningún compromiso de exportación, porque simplemente no lo tienen, es fácil de entender. No obstante, pareciera que el Gobierno quiere “comprar” una pelea o litigio ante la OMC por adelantado.

A pesar de los esfuerzos de los gremios, de las columnas de opinión, de los llamados de la academia, en encuentros públicos parecía que el Ministro de Hacienda y la DIAN entendían la gravedad del asunto y daban ciertos partes de tranquilidad. No obstante, se violó la confianza del sector privado sin la más mínima vergüenza y con un afán insuperable de frenar de una vez por todas el desarrollo de nuestro país. No solamente mantiene el compromiso de exportar, sino que, además, quieren desde ya acabar con todo el régimen en los próximos 4 a 6 años, como en algunos anuncios lo había expresado con sevicia el Director de la DIAN, se le está haciendo realidad su sueño, veamos:

El artículo 10 de la ponencia señala que la tarifa del impuesto sobre la renta para los usuarios de zonas francas será del 20 % sí y solo sí en su plan de internacionalización y sus planes de ventas sus ingresos por ventas nacionales, es decir, hacia el territorio aduanero nacional, no son superiores al 40 % para el año gravable 2024; al 30 % para el 2025 y al 20 % para el 2026. En otras palabras, para acceder a la tarifa del 20 % de renta a las zonas francas se les limitan sus ingresos por ventas nacionales. Si bien no se menciona la palabra “exportación”, no se puede convertir un texto legal en un juego de palabras.

Vemos una gran contradicción con lo señalado en la Ley 1004 del 2005, sobre la que todas las zonas francas declaradas a partir de ese año estructuraron sus modelos de negocio, el desarrollo de su objeto social y sus compromisos de inversión y generación de empleo. Ahora, de un plumazo, y por un simple y llano desconocimiento del espíritu del régimen, se pretende torcerle el cuello al sector privado obligándolo a realizar exportaciones que no en todos los casos se tienen previstas y amenazándolo con quitarle dictatorialmente el régimen de zonas francas.

Hasta caricaturesco suena que se diga que los umbrales de ventas locales los fijará el Gobierno, pero el mismo legislador le imponga sus límites, violando posiblemente el artículo 189 de la Constitución Política. Como la puerta del Gobierno parece estar cerrada, y si la abre luego traiciona la confianza del sector privado, lo mejor será que los legisladores se tomen este tema en serio y analicen si están en capacidad de asumir un costo político con sus votantes, aprobando un texto pavoroso y peligroso para el desarrollo de Colombia.

Sigamos con el texto. Quienes no cumplan con estos compromisos se les aplicaría la tarifa general del impuesto de renta, es decir, la del 35 %.

Hay dos parágrafos relacionados con la imposibilidad de aplicar deducciones y aportes a quienes tengan contratos de estabilidad jurídica. Bueno, ¿y si esas normas una compañía las tiene estabilizadas? ¿El legislador podrá violar estos contratos así, sin más ni más? Habrá que analizarlo.

El texto del parágrafo 5° de la reforma señala que los usuarios que no cumplan con los compromisos de exportación en un término de tres años consecutivos perderán la calificación de usuarios de zona franca, y con ello los beneficios aduaneros del régimen; además, obvio, de la tarifa especial de renta del 20 %. Esta es la sentencia de muerte que se le quiere imponer al régimen de zonas francas. Llamamos la atención sobre este particular, y nos preguntamos si es constitucional que una ley dé por terminado un régimen de comercio exterior. La Ley 1004 continúa vigente y es este el verdadero fundamento legal de las zonas francas. En este parágrafo se refleja el desaprecio que existe por el régimen de zonas francas, sin ningún sustento y dejando claro el desconocimiento sobre el mismo. Gravísimo.

En todo caso esperamos que, con buen criterio y pensando en el desarrollo de nuestro país, el legislador recapacite y le deje saber al Gobierno que las zonas francas sí son fuente de desarrollo, de generación de empleo, de atracción de nuevas inversiones, entre otras bondades.

Finalmente, el texto de la reforma expresamente señala que para el año gravable 2023 la tarifa para todas las zonas francas será del 20 %. Así que a partir del 2024 comenzaría el galimatías y extinción de muchas zonas francas, que se constituyeron con el ánimo de atraer inversiones, generar empleo, desarrollo para las regiones del país, etc.

Ya que el Gobierno le dio un portazo al este régimen, y parece que en esta materia quiere gobernar con odio hacia este sector empresarial, esperamos que el legislador tenga el interés de visitar las zonas francas, conozca su desarrollo, identifique quiénes están generando empleo, quiénes creen en Colombia como un lugar atractivo para invertir. Es importante que se tomen el tiempo de recorrer el país visitando, ojalá, la mayor cantidad posible de zonas francas para que puedan tomar una decisión en conciencia, pensando en Colombia y no se dejen contagiar de un capricho falto de realidad y sin sustento.

Ojalá nuestra próxima columna, en seguimiento de la reforma tributaria, no lleve como título “El genocidio de las Zonas Francas”.

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