La intención típica dolosa del delito de prevaricato por omisión puede provenir del simple capricho del servidor público, la pretensión de ocasionar un daño, obtener ventajas personales o para un tercero, recordó la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia. Por otra parte, indicó que para adecuar la conducta al tipo penal se debe determinar inequívocamente el deber funcional que tenía el procesado, pero no es necesario mencionar cada una de las normas que fundamentan la obligación de actuar por parte de aquel (M.P. Julio Enrique Socha Salamanca).