Si se prueba que el procesado padece una enfermedad grave incompatible con la reclusión, se debe sustituir la medida de aseguramiento de detención preventiva en establecimiento carcelario por la domiciliaria, advirtió la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia. Según el fallo, en ese caso, negar la detención domiciliaria implicaría violar la dignidad humana y poner en peligro la vida del recluso, pues este se somete a un trato cruel, inhumano y degradante. De hecho, la gravedad del delito imputado o el peligro para la sociedad no son factores que puedan usarse para impedir tal sustitución, afirmó el alto tribunal. De esa manera, el juez debe verificar la condición real del confinado, con base en lo dictaminado por el médico, y determinar en qué lugar debe permanecer, concluyó (M. P. Gustavo Enrique Malo).