La Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia estudió la absolución decretada en segunda instancia en favor de un procesado por lesiones personales dolosas agravadas en concurso homogéneo y simultáneo, luego de que en primera instancia hubiera sido condenado por estos delitos al constatarse que agredió a dos mujeres con ácido. La Corporación encontró clara la responsabilidad del agresor más allá de toda duda razonable e hizo un análisis sobre estándares probatorios aplicables al caso. Seguidamente, indicó que las lesiones personales a mujeres con sustancias químicas constituyen una forma de violencia que en Colombia tiene un crecimiento exponencial. Así, la Sala rechazó que el procesado ocasionara este dolor a las dos víctimas (madre e hija menor) y sin consideración alguna vertiera más químico sobre ellas, evidenciando indolencia y crueldad hacia el género femenino, especialmente hacia las niñas, “pues resulta difícil suponer una reacción igual de su parte si la colisión se hubiera presentado con un varón adulto”. En ese orden, casó la sentencia absolutoria y dejó en firme la sentencia condenatoria (M. P. José Francisco Acuña).