Ana María Amaya Piedrahita
Abogada y especialista en Derecho Penal y Ciencias Forenses   

Teniendo en cuenta que es un tema de actualidad, pues prácticamente estamos estrenando la inteligencia artificial (IA) y llegó para quedarse, creo que se le puede dar un uso valioso en el área jurídico-penal, pues la IA corresponde a la interpretación de algoritmos y sistemas encaminados a brindar una ayuda en la búsqueda de la verdad. La misma se podría utilizar para analizar grandes volúmenes de datos y patrones delictivos e identificar áreas de riesgo para así prevenir la comisión de ciertos delitos.

Ejemplo de ello, en el análisis predictivo, se podrían analizar posibles escenarios delictivos con base en datos históricos, lo que sería de gran ayuda para la Policía con el fin de dar más fácil con el paradero de bandas criminales de toda índole.

En cuanto a la persecución del delito, la IA podría ayudar en la identificación de sospechosos a través de un reconocimiento facial; un análisis forense de evidencia digital, como huellas dactilares o ADN, y en optimizar los recursos para agilizar investigaciones criminales.

Es importante entrar a considerar los desafíos éticos y legales que podrían surgir con el uso de la IA en ese contexto, pues, desafortunadamente, con la corrupción que existe y que muchas personas no son éticas, podrían presentarse dificultades. La privacidad de los datos podría verse afectada, así como el sesgo algorítmico y la transparencia en la toma de decisiones judiciales, pero sería una excelente herramienta, si se sabe utilizar de manera adecuada y vigilada y, por ello, se hace necesario regular de manera legal dicho medio tecnológico.

Igualmente, podría ser tenida para optimizar la deficiencia que tiene el sistema judicial a nivel mundial, ya que el proceso penal se ha visto altamente impactado por la incursión de la tecnología. El tema de la legitimidad, un rasgo propio de la aplicabilidad de la IA dentro de la administración de justicia, es la falta de confianza de los usuarios en ciertas herramientas.

La IA serviría muchísimo para complementar el trabajo de los funcionarios judiciales. Teniendo en cuenta las estadísticas que se expiden mensualmente, puede servir para hacer un análisis de las zonas, barrios, corregimientos y ciudades donde se cometen determinados hechos delictivos, pues ese sistema emite datos biográficos, lo que podría favorecer la mitigación del fenómeno delictivo.

Los sistemas fundamentados en IA pueden basarse en un programa informático o incorporarse en dispositivos de hardware. Se trata de una combinación de algoritmos y capacidad informática puesta a disposición de la justicia.

En resumen, la IA tiene el valor y potencial para mejorar significativamente la eficacia de la prevención y persecución del delito, pero es crucial, desde ya, abordar estos desafíos que los adelantos tecnológicos nos dan para, de esta manera, garantizar el uso adecuado y responsable de los mismos.

Debe dársele un uso ético a esta tecnología, que fue creada para sacarle provecho en todos los ámbitos, en este caso en el tema legal, pues para nadie es un secreto que existe un atraso judicial y que no hay herramientas válidas y disponibles que hoy puedan sacar adelante o mejor que ayuden en la prevención del delito ni mucho menos a la persecución.

Sería un logro muy grande aplicar esa tecnología que está a nuestro alcance y que podría agilizar los procesos judiciales, servir como apoyo y que pueda dar luces sobre cómo prevenir el delito.

Teniendo en cuenta que la tecnología está transformando el ámbito jurídico y las implicaciones que tiene en la sociedad actual, el derecho penal, con los nuevos avances técnicos, junto con estas herramientas como la IA debe ser revisado para mejorar la técnica procesal y judicial e implementar una legislación que la regule. Son muchos los desafíos que se tienen, pues no es equiparable la delincuencia (que se ha exacerbado en los últimos años con la tecnología) con los medios físicos y humanos actuales para combatirla, ya que fiscales y jueces no dan abasto con los múltiples procesos.

Si se le diera un uso adecuado a la IA como apoyo para la descongestión judicial tendríamos un avance maravilloso.

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