Los datos personales permiten asociar a una persona natural determinada o determinable con varias características, entre ellas que (i) están referidos a aspectos exclusivos y propios de una persona natural y (ii) permiten identificarla, en mayor o menor medida, gracias a la visión de conjunto que se logre con el mismo y con otros datos. 

Además, recordó la Superintendencia de Industria y Comercio, su propiedad reside exclusivamente en el titular de los mismos, situación que no se altera por su obtención por parte de un tercero de manera lícita o ilícita.  

Los responsables del tratamiento de los datos personales deben obtener la autorización por parte del titular a más tardar al momento de su recolección informándole la finalidad específica del tratamiento de los mismos, utilizando mecanismos que garanticen su consulta posterior, con el fin de garantizar que en todo momento y lugar se pueda conocer en dónde está la información personal, para qué propósitos ha sido recolectada y qué mecanismos tiene a su disposición para su actualización y rectificación.  

Ahora bien, la transmisión de datos es aquella que involucra la comunicación de datos personales fuera o dentro del territorio nacional entre un responsable del tratamiento y un encargado, para que este último realice el tratamiento de esos datos por cuenta del primero, por lo que es necesario que se suscriban contratos por la prestación de servicios celebrados con terceros. 

Dichos contratos deben incluir por lo menos: (i) los alcances del tratamiento, (ii) las actividades que el encargado realizará por cuenta del responsable para el tratamiento de los datos personales y (iii) las obligaciones del encargado para con el titular y el responsable.