Mercantil
Creación de junta directiva no puede utilizarse como instrumento de opresión a los accionistas
28 de Julio de 2016
La asignación inequitativa de cargos remunerados en la junta directiva es una de las modalidades más efectivas de expropiación de accionistas minoritarios, bajo la cual los ánimos lesivos del controlante se camuflan tras decisiones que pertenecen a la esfera más íntima de la compañía, señaló la Superintendencia de Sociedades.
Estos cargos serán ocupados exclusivamente por el controlante y sus allegados, quienes recibirán una remuneración munificente de la compañía y, al final del ejercicio, el controlante habrá consumido una porción exagerada de los excedentes, de manera que al momento de determinar las utilidades repartibles al minoritario le corresponderá un dividendo exiguo.
En este evento, un minoritario que pretenda defenderse de esta clase de estrategias opresivas debe lograr que un juez se entrometa en la órbita interna de la sociedad, para lo que deberá demostrar que el controlante ha configurado los órganos de administración con fines expropiatorios.
Los esfuerzos probatorios del minoritario podrían afianzarse si se demuestra que el mayoritario dispuso la creación de los cargos mencionados de manera intempestiva e injustificada, en el curso de un agudo conflicto intrasocietario.
De satisfacerse esta carga probatoria, el juez debe hacer a un lado su deferencia ante la organización interna de la sociedad, con el fin de remediar la expropiación del minoritario.
Caso concreto
La superintendencia ha defendido la idea de que los empresarios deben contar con la más alta discreción para diseñar la estructura interna de la compañía, sin temer la intromisión indebida de los jueces. Sin embargo, cuando es utilizada para expropiar a un accionista, se justifica la decidida intervención judicial hasta las esferas más íntimas.
Las pruebas recaudadas permitieron evidenciar que en el curso de un conflicto societario el accionista mayoritario se valió de ello para privar al otro de un retorno sobre su inversión en la compañía, mediante la creación de una junta directiva sin funciones discernibles, para cuyo funcionamiento simulado se destinaron sumas que exceden el monto de las utilidades.
Aunque el demandado alegó motivos legítimos para cuestionar la conducta del demandante, no puede tolerarse que la estructura administrativa de la sociedad se utilice como instrumento de opresión de accionistas.
Por tal motivo, la corporación indicó que en el caso bajo análisis las pretensiones formuladas estaban llamadas a prosperar.
Supersociedades, Sentencia 800-46, mayo 11/16
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