Mercantil
No abrir el trámite sucesoral del único socio podría dar lugar a declarar causal de disolución en la SAS
24 de Mayo de 2017
Los derechos sobre las acciones del único socio fallecido se transmiten a sus sucesores por causa de muerte, por lo que en el caso de las sociedades por acciones simplificadas (SAS), que permiten la existencia del accionista único, procede acudir a las reglas previstas tanto en la Circular Básica Jurídica como en el Código Civil para establecer quién debe ejercer la representación, en la medida en que sea reconocido como sucesor.
Así las cosas, los mencionados derechos no fenecen por la sola causa de muerte, debido a que se transmiten a las personas que le sobreviven al socio fallecido, de acuerdo con los órdenes sucesorales determinados por la legislación civil.
No obstante, indicó la Superintendencia de Sociedades, la no apertura del trámite sucesoral y la consecuente falta de reconocimiento de la calidad de heredero impide designar un representante de las cuotas alícuotas del capital que hagan parte de la sucesión ilíquida, sin perjuicio de los derechos de administración que les corresponden a las personas con vocación hereditaria o a los herederos en cuanto a los bienes que integran la herencia.
Por lo tanto, si se considera que la causal de disolución está fundada en la imposibilidad de desarrollar la empresa social, en los términos del numeral 2 del artículo 218 del Código de Comercio, resulta aplicable el artículo 24 de la Ley 1429 del 2010 o el artículo 221 del mencionado régimen y, una vez declarada la causal, se debe proceder a la inmediata liquidación.
Supersociedades, Concepto 220-99167, Mayo 15/17
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