Con el fin de proteger los derechos fundamentales, prevalentes y de interés superior de niños y adolescentes, el tratamiento de datos personales puede realizarse si se cumple con los requisitos de respetar el interés superior de los mismos, se asegura la defensa de sus derechos fundamentales y se cuenta con la autorización del representante legal.

Este último evento se da una vez se haya ejercido el derecho del menor a ser escuchado, opinión que será valorada teniendo en cuenta la madurez, autonomía y capacidad para entender el asunto, indicó la Superintendencia de Industria y Comercio.

Así mismo, se entiende que el representante legal del menor ha dado su autorización cuando esta es por escrito, oral o mediante conductas inequívocas, es decir, aquellas que no admiten duda o equivocación del titular que permitan concluir de forma razonable que la otorgó. El silencio no se puede asimilar a una conducta inequívoca.

(Superindustria y Comercio, Cpto. 15120296, Jul. 8/15)

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