Una inspección delegada de la Policía Nacional sancionó a una uniformada y la decisión fue confirmada en segunda instancia por el Inspector General de la Policía Nacional.

La afectada demandó y en su defensa destacó que dentro del procedimiento disciplinario se probó que estaba en incapacidad sicológica de suplir el turno asignado por una “crisis emocional”, aparentemente ocasionada por denunciar situaciones irregulares de sus superiores.

Para el Consejo de Estado, carece de fundamento la sanción porque no se le puede endilgar incumplimiento de una orden a quien no está en capacidad de cumplirla.

Si se revisa desde la perspectiva de género, no resulta razonable que a una mujer con crisis emocional se le llame la atención delante de alumnos y se autorice su retiro porque no estaba en condiciones de prestar el servicio, pues esta situación debe ser valorada por un profesional en sicología.

La Sección Segunda exhortó a la Nación ( Ministerio de Defensa Nacional – Policía Nacional) para que capacite sobre el manejo de afectaciones sicológicas por órdenes e instrucciones dentro de las escuelas policiales y para que las autoridades disciplinarias al momento de definir sus asuntos tengan en cuenta la perspectiva de género (C. P.: Carmelo Perdomo Cuéter).