El Consejo de Estado indicó que el diagnóstico que emite el médico tratante no es una operación matemática, por lo que, previo un estudio consciente del paciente, el profesional puede errar en su valoración emitiendo un diagnóstico equivocado. Ese error puede ser excusable y, en consecuencia, genera culpa. La corporación señaló que en esos casos lo que importa no es la culpa, sino la excusabilidad del error. Con estos argumentos, la Sección Tercera revocó una sentencia del Tribunal Administrativo de Nariño en la que se condenaba al Instituto de Seguros Sociales por la muerte de un paciente, a quien le fue diagnosticada una enfermedad distinta de la que causó su deceso. En el caso concreto, la corporación estuvo de acuerdo con que la diabetes que causó su muerte era una enfermedad difícil de diagnosticar con certeza en adultos (C.P. Enrique Gil Botero).