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Justicia europea justifica norma que prohíbe a homosexuales donar sangre
29 de Abril de 2015
El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) dictaminó este miércoles que la norma que les prohíbe donar sangre a los hombres que hayan tenido relaciones sexuales con otros hombres, vigente en algunos Estados miembros, como Francia, “puede resultar justificada”.
No obstante, la sentencia aclara que para introducir esta exclusión permanente “es preciso demostrar que estas personas están expuestas a un riesgo elevado de contraer enfermedades infecciosas graves, como el VIH, y que no existen técnicas eficaces de detección o métodos menos coercitivos para garantizar un alto nivel de protección de la salud de los receptores”.
El fallo responde a una demanda presentada por el Tribunal Administrativo de Estrasburgo (Francia), que tramita el litigio planteado por un ciudadano francés al que no se le permitió donar sangre por haber tenido una relación sexual con otro hombre.
El caso ocurrió el 29 de abril del 2009, cuando un médico de la ciudad francesa de Metz rechazó la donación de sangre de Geoffrey Léger, basado en una orden ministerial francesa que permite excluir permanentemente a los homosexuales de la donación.
Léger recurrió la decisión, al considerar que esa norma infringe la legislación europea, y el tribunal administrativo de Estrasburgo, encargado de pronunciarse sobre el litigio, elevó la cuestión al TJUE, para que se pronunciara.
La sentencia señala que a pesar de que se concluya que en Francia los homosexuales están expuestos a un elevado riesgo, se debe estudiar si la normativa del país vulnera el principio de no discriminación por razón de la orientación sexual.
“Solo se pueden introducir limitaciones al ejercicio de los derechos y libertades reconocidos por la Carta de los Derechos Fundamentales de Europa cuando éstas sean necesarias y respondan efectivamente a objetivos de interés general reconocidos por la UE o a la necesidad de proteger los derechos y libertades de los demás”, indica.
Técnicas de diagnóstico
El tribunal concluyó que la ley francesa “podría no respetar el principio de proporcionalidad”. Por lo tanto, las autoridades deberán verificar si existen técnicas para determinar que el donante padece alguna enfermedad, teniendo en cuenta que las pruebas deben realizarse siguiendo los procedimientos científicos y técnicos más recientes.
Si no existen tales técnicas, Francia deberá determinar si hay métodos para garantizar un alto nivel de protección de la salud de los receptores, que sean menos coercitivos que la exclusión permanente de la donación de sangre y, en particular, si el cuestionario y la entrevista personal a cargo de un profesional sanitario permiten identificar con más precisión las conductas sexuales de riesgo.
En este sentido, se deberá verificar, en particular, si unas preguntas específicas sobre el tiempo transcurrido desde la última relación sexual, la estabilidad de la relación de pareja o si sus relaciones sexuales son protegidas permitirían valorar el nivel de riesgo que presenta individualmente cada donante, en razón de su propia conducta sexual.
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