Según la Secretaría de Ambiente de Bogotá, el trazado original de la avenida longitudinal de occidente (ALO) afectaría directamente 14,6 hectáreas de los humedales de Capellanía, Juan Amarillo y La Conejera, debido a los altos niveles de ruido para la construcción de pilotes y calzadas, la ocupación de una zona de ronda del río Bogotá y la invasión de parte de la reserva forestal en el norte de la ciudad. Para la entidad, es importante implementar estrategias que conserven el medio ambiente con espacios para el agua, la salud y el bienestar físico, en lugar de aumentar áreas de cemento.