15 de Diciembre de 2024 /
Actualizado hace 18 hours | ISSN: 2805-6396

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Los casos Mattos y Cadena reviven el importante debate sobre la ética en la justicia

01 de Febrero de 2022

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La ética en la justicia es un tema de necesario y continuo debate, sobre todo en nuestra realidad, tan llena de litigios y casos complejos. No son pocos los hechos que ponen en discusión la importancia de ejercer el Derecho con valores y ajustado a los códigos disciplinarios.

 

Y es que los casos de Carlos Mattos en el proceso Hyundai y el del abogado Diego Cadena por la posible manipulación de testigos en la acusación contra el expresidente Álvaro Uribe demuestran que los profesionales del Derecho deben tener una línea de acción con profundas raíces éticas.

 

El primero de ellos tiene relevancia ahora por el reconocimiento de Mattos del pago de sobornos al sistema judicial, además de confirmar que le pagó a un periodista para desprestigiar a la Fiscalía General de la Nación y a quienes iban en su contra.

 

Frente a esta aceptación de delitos, por medio de un boletín, la Comisión Nacional de Disciplina Judicial (CNDJ), a través de su presidenta, Diana Marina Vélez Vásquez, rechazó los actos de corrupción en la justicia y enfatizó que no existe circunstancia alguna que justifique corromper a la justicia.

 

 

 

 

Recordemos que, en noviembre del 2021, la CNDJ destituyó e inhabilitó por 15 años a Reinaldo Huertas, quien como Juez Sexto Civil de Circuito de Bogotá fue hallado responsable de incurrir en una falta gravísima, por recibir dinero de Mattos, luego de un direccionamiento en el reparto para resolver favorablemente una medida cautelar. (Lea: Destituyen e inhabilitan por 15 años juez que recibió indebidamente dineros en caso Hyundai)

 

En esa oportunidad, la Comisión confirmó que el togado actuó de manera voluntaria a título de dolo porque “actuó con plena conciencia tanto de sus actos como de sus implicaciones jurídicas”. (Lea: el caso hyundai revela las irregularidades en el reparto de procesos civiles)

 

El panorama de crisis ética se completa con lo ocurrido ayer, cuando la Comisión Seccional de Disciplina Judicial de Bogotá suspendió por tres años del ejercicio de la profesión al abogado Diego Javier Cadena Ramírez. La sanción tiene que ver con la presión que ejerció sobre el testigo Juan Guillermo Monsalve para que cambiara su testimonio en el juzgamiento del expresidente Álvaro Uribe. Si bien en el campo penal este proceso se está resolviendo, la providencia señala que Cadena incurrió en faltas contra la dignidad de la profesión y asegura que obró con mala fe en su ejercicio. También dice que cometió faltas contra la recta y leal realización de la justicia y los fines del Estado al ofrecer beneficios y ayudas jurídicas a un condenado para que modificara su versión de los hechos.

 

El preocupante panorama lo cerramos con la imputación a cuatro abogados por el delito de estafa agravada, pues habrían afectado a 26 ciudadanos, a quienes indicaron que eran funcionarios de la Dirección Nacional de Estupefacientes encargados del remate de inmuebles decomisados.

 

Los indiciados ofrecían servicios de trámite y asesoría en la compra de esos supuestos bienes, pero los supuestos beneficiarios nunca recibieron el inmueble ni lograron la devolución del dinero invertido.

 

 

 

 

Estos casos y otros conocidos por la opinión pública nos hacen preguntar sobre la ética en la administración de justicia, no solo de los funcionarios, también de los litigantes que aprovechan la profesión para obtener beneficios económicos o profesionales a través de engaños y maniobras fraudulentas. ¿Es un tema de formación ciudadana? ¿Qué reformas a la justicia se requieren? ¿Las universidades están haciendo algo para reforzar la formación ética de sus egresados? Pueden hacer comentarios en nuestras redes sociales. (Lea: Crisis de la justicia en Colombia y reforma judicial)

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