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Actualizado hace 3 hours | ISSN: 2805-6396

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Las complejidades y los retos de la tributación

07 de Diciembre de 2021

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Las complejidades y los retos de la tributación (Archivo particular)

César Camilo Cermeño

Director Maestrías en Tributación y Especialización en Tributación

Facultad de Derecho de la Universidad de los Andes

 

Si cada rama jurídica fuese un país, los abogados especializados estamos acostumbrados a ser turistas de otras jurisdicciones. Incluso, existen fronteras difusas que en algunos momentos son difíciles de demarcar. En cualquier caso, un aprendizaje sólido de pregrado nos permite visitar esos otros mundos con herramientas para captar rápidamente los lenguajes y culturas esenciales de cada comarca.

Sin embargo, la mayoría de los abogados, incluyendo los viajeros frecuentes entre ramas, coinciden en que existe un “Área 51” que pareciera tener un lenguaje y principios físicos marcianos que dificultan hasta visitarla.

El abogado promedio, cuando abre un Estatuto Tributario, siente lo que Borges describió en su clásico Tlön, Uqbar, Orbis Tertius: “yo había descubierto en un tomo de cierta enciclopedia práctica una somera descripción de un falso país; ahora me deparaba el azar algo más precioso y más arduo. Ahora tenía en las manos un vasto fragmento metódico de la historia total de un planeta desconocido, con sus arquitecturas y sus barajas, con el pavor de sus mitologías y el rumor de sus lenguas, con sus emperadores y sus mares, con sus minerales y sus pájaros y sus peces, con su álgebra y su fuego, con su controversia teológica y metafísica. (…) Se conjetura que este brave new world es obra de una sociedad secreta de astrónomos, de biólogos, de ingenieros, de metafísicos, de poetas, de químicos, de algebristas, de moralistas, de pintores, de geómetras... dirigidos por un oscuro hombre de genio (…). Al principio se creyó que Tlön era un mero caos, una irresponsable licencia de la imaginación; ahora se sabe que es un cosmos y las íntimas leyes que lo rigen han sido formuladas, siquiera en modo provisional”.

Para muchos abogados, resulta más fácil estudiar sistemas jurídicos foráneos –incluso, practicar el Derecho en otro país– que entender el derecho tributario nacional, lo cual es paradójico, ya que, así como el derecho civil, este permea absolutamente todos los aspectos de nuestra vida: desde la compra de un bien o la prestación de un servicio, en donde pagamos IVA, hasta la carga fiscal que deberán asumir nuestros herederos tras nuestra muerte.

 

La naturaleza de sus reglas

Lo anterior puede explicarse por la naturaleza compleja y fluctuante de sus reglas, así como la gravedad de las consecuencias de incumplirlas o leerlas erróneamente.

Es compleja, porque su marco normativo exige un entendimiento interdisciplinario por los asuntos que abarca, reclamando al lector comprender ciertas reglas jurídicas, contables y financieras que solo tienen sentido cuando se integran armónicamente. Adicionalmente, aunque es un sistema pretendidamente técnico y exacto, está permeado por una textura abierta del lenguaje que, incluso, en la aplicación de su sanción icónica, se rinde ante la posibilidad de que exista “diferencia de criterio” o “una interpretación razonable en la apreciación o interpretación del derecho aplicable” (E. T. art. 647).

Es fluctuante, por cuanto cada dos años, en promedio, una reforma tributaria modifica sus reglas y, en no pocas ocasiones, incluye cambios radicales a los paradigmas tradicionales, modificando con esto el modelo de preguntas y respuestas a los que estaba acostumbrada la comunidad especialista. Adicionalmente, deben considerarse las posiciones –muchas veces también cambiantes– de la doctrina oficial de la Dian y la jurisprudencia.

Y, sobre todo, a pesar de que tanto contribuyentes como Administración reconocen la dificultad en la lectura y aplicación de ciertas normas, el sistema contempla, además de una carga administrativa –de cumplimiento de reportes y declaraciones– y económica significativa, un catálogo de sanciones cuyas cuantías son demasiado altas y que pueden, desde las últimas reformas, llevarse al plano penal.

Por este último punto, el litigio tributario, tanto desde su enfoque preventivo como desde el procesal, toma cada vez un mayor protagonismo: es difícil cumplir con todas las cargas diferentes a la básica de declarar y pagar tributos y, cuando esto se hace cabalmente, las diferencias de criterio frente a algunas normas implican discusiones que involucran cuantías de magnitudes gigantescas.

A pesar de esta sombría descripción, y tal como Borges señalaba frente al caótico universo de Tlön, el sistema sí tiene un sentido y la articulación racional es posible. Es un huevo de Colón, definido por la Real Academia Española como una “cosa que aparenta tener mucha dificultad, pero resulta ser fácil al conocer su artificio”.

Impactando la vida, las empresas, los negocios y la muerte, la pregunta es ¿por qué no estudiar derecho tributario? Si las sanciones o la potencialidad de facilitar u obstaculizar la vida personal y empresarial no fueren suficientes razones para ello, que lo sea la curiosidad de sumergirse en un universo en donde bajo una misteriosa y, al principio hostil, atmósfera se esconde un océano fascinante. En ese sentido, los programas en tributación de la Facultad de Derecho de la Universidad de los Andes ofrecen la posibilidad de dirigir el barco sobre el cual puede navegarse en esas aguas.

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