En su intento por convencer sobre la inoportunidad de la suspensión de las aspersiones aéreas con el herbicida, el procurador Alejandro Ordóñez dio a conocer las observaciones del Instituto Nacional de Salud frente a un informe de la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer, que demostraría la carencia de bases científicas de la determinación. Precisó que allí se concluye que no se puede probar la desmejora en la salud de quienes habitan las zonas de fumigación, como consecuencia del contacto con el glifosato. Además, también se prevé que no se reúnen los elementos en los cuales la Corte Constitucional ha aceptado la aplicación del principio de precaución, ante la probable ocurrencia de una situación de riesgo aún por ser demostrada. Según Ordóñez, este es un argumento contundente frente al Consejo Nacional de Estupefacientes que se reunirá este jueves.