Jorge Eliécer Gaitán, el abogado
09 de Abril de 2018
Por José Patiño
Editor Ámbito Jurídico
jose.patino@legis.com.co
Hace 70 años, en la tarde del 9 de abril de 1948, fue asesinado Jorge Eliécer Gaitán, el político liberal que produjo el mayor fervor popular en la primera mitad del siglo XX.
Tan apreciado era por sus seguidores que su muerte produjo una sublevación que marcó la historia colombiana: el Bogotazo; la revuelta se extendió por todo el país y dio inicio a un periodo de violencia que posteriormente derivó en la formación de las guerrillas que por décadas afectaron de múltiples formas la seguridad y la política nacionales.
Pero dejando el asunto político de lado, vale conocer su formación y ejercicio como abogado, reconocido no solo en el ámbito nacional sino también internacionalmente.
Es importante describir los orígenes de Gaitán, que no le auguraban un destino siquiera favorable, pues en una sociedad excluyente como la de principios de siglo nacer sin las condiciones sociales o económicas necesarias marcaba el futuro de muchos colombianos. Inclusive la raza era un factor de segregación, ‘el negro Gaitán’ le decían despectivamente.
Hijo de una maestra de escuela reconocida por sus posiciones liberales y un padre que emprendía negocios como librerías de viejo y periódicos liberales de oposición, la familia Gaitán Ayala, con cinco hijos, vivía al límite de sus posibilidades.
Jorge Eliécer era un muchacho inquieto por todo tipo de conocimiento, un lector voraz, pero su ventaja principal fue la oratoria, algo muy valorado en esos tiempos. Se verá después que el “caudillo del pueblo” aprovechó esta ventaja completamente en la plaza pública.
Gaitán ingresó a la Universidad Nacional en febrero de 1920, a la facultad de Derecho, no sin pagar un precio alto por un logro tan importante para alguien de su origen social, pues, además, un hijo de familia humilde que se dedica al estudio amenaza el sustento familiar.
Su padre quería que ejerciera un oficio más práctico que ayudara a toda la familia, y por su determinación académica decidió sacarlo de su casa. Sin embargo, como estudiante universitario siempre tuvo el apoyo de su madre.
Ya al finalizar la carrera de Derecho su tesis de grado prefigura el germen sus ideas políticas, en 1924 la presentó con el título de Las ideas socialistas en Colombia.
Gaitán el litigante
Gaitán ejerció el Derecho Penal y su interés en esta área se dio por la posibilidad que ofrecía para usar su oratoria, pero especialmente para defender a las personas más castigadas por un orden social que no solo las excluía, sino que además las aislaba con graves condenas.
Herbert Braun relata en su libro Mataron a Gaitán su primer caso. En julio de 1923 defendió a un pequeño comerciante condenado en primera instancia por robar a un acaudalado negociante tolimense que tenía el monopolio del aguardiente. En su defensa, el abogado resaltó las desigualdades sociales que permitían a los poderosos obtener ventajas sobre los más débiles y la injusticia cometida por las deudas que explotaban al pequeño comerciante.
También estuvo en casos como el de La Ñapa, una trabajadora sexual asesinada por un asunto personal; este caso no lo tomó exclusivamente para llamar la atención pública, Gaitán prefería la defensa de personas en condiciones de precariedad económica y con pocas posibilidades de obtener justicia para hacer evidente la existencia de una población que estaba en los límites de la sociedad.
La defensa de Moisés García también lo hizo famoso, los expedientes refieren que fue acusado por la muerte de dos personas en el municipio del Cocuy, en 1937; como García era reconocido por los vecinos como enemigo de la malograda familia López, fue acusado de la autoría intelectual del crimen.
Lo que hizo Gaitán fue desvirtuar la acusación por basarse en conjeturas sobre la enemistad entre familias y por la “sugestión colectiva”, sin acudir a pruebas de carácter científico o estudios sicológicos del acusado, algo novedoso para la época, así como las pruebas de balística. En resumen, su positivismo jurídico rechazaba la especulación en favor de un método científico para los casos judiciales.
Y es que Gaitán se hizo famoso por estos casos polémicos no por ser un abogado de escándalos que iba buscando en los juzgados clientes necesitados, pues ya en la Universidad Nacional el positivismo jurídico lo atrajo como manera de contraponerse a la escuela clásica del pensamiento de Bentham y Beccaria. Gaitán rechazaba la idea de que el individuo era el único responsable de sus acciones y que la sociedad debía corregir al criminal.
Ya a principios del siglo XX las ideas de Cesare Lombroso, Enrico Ferri y Raffaele Garofalo se conocían y debatían fervorosamente en la academia.
En 1926, Jorge Eliécer Gaitán viajó a la Real Universidad de Roma para especializarse en Derecho Penal y obtuvo el premio Enrico Ferri por su tesis El criterio positivo de la premeditación. Esta profundización en la corriente positivista la retratan los historiadores Adriana Rodríguez y Gilberto parada: “Gaitán reconoció su admiración por las doctrinas de Enrico Ferri y Cesare Lombroso. Al primero lo alabó por humanizar el derecho penal y convertir al hombre en un objeto de estudio y principal actor de la criminología; al segundo lo elevó a la cúspide de genio por interpretar las causas síquicas del delito con los elementos extraídos de la morfología".
Claro, Rodríguez y Parada no obvian lo polémico de esta escuela como estructura teórica de los códigos penales en los regímenes totalitarios de Europa, pero rescatan que Gaitán que usó dichas tesis para aliviar el peso de la ley clásica sobre los más desvalidos.
Pero tal vez el caso que más lustro dio a su imagen de abogado exitoso, y también el más polémico, fue la defensa del teniente Jesús Cortés Poveda, asesino de Eudoro Galarza, propietario del periódico La Voz de Caldas.
En el primer caso de asesinato de un periodista por parte de un agente estatal Gaitán defendió al militar. Tan importante fue el proceso que la intervención final de Gaitán fue transmitida por radio. El triunfo que obtuvo Gaitán al lograr la libertad del militar se conoció en todo el país.
Hace 70 años, en la mañana del 9 de abril de 1948, Jorge Eliécer Gaitán, el abogado exitoso, celebraba su logro como litigante. Era viernes, salió a la carrera séptima de Bogotá con amigos cercanos, a la una de la tarde, cerca de la avenida Jiménez recibió cuatro disparos.
¡Mataron a Gaitán!, ¡mataron a Gaitán! El murmullo se convirtió en estruendo y el país se incendió.
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