Historias increíbles de gemelos

Antonio Vélez

En el 2008, la noticia de que dos mellizos británicos, separados poco después de nacer, se habían casado sin saber que eran hermanos, conmocionó a Gran Bretaña. Cada uno de los gemelos fue adoptado por una familia diferente y sus padres adoptivos no les informaron que tenían un hermano o hermana. La pareja solo se enteró de su condición luego de consumado el matrimonio. Por orden de la justicia, el matrimonio fue anulado ante el Alto Tribunal de Londres. Los jueces decidieron que el matrimonio nunca había sido válido, debido al vínculo sanguíneo.

Conocemos tan particular historia por lord David Alton, miembro del Parlamento británico, pues durante un debate sobre fertilidad humana y embriología, Alton presentó el caso en el Parlamento, para justificar su defensa del derecho humano de los niños adoptados y nacidos por fertilización artificial a conocer a sus padres biológicos. Para Alton, no conocer la propia genealogía e identidad es lo que hace posible el incesto.

Hay otros casos extraños con gemelos como el que llevó la cadena Telemundo al programa Un nuevo día. En este caso, dos pares de gemelos fueron intercambiados al nacer, y el asunto no se descubrió hasta 25 años después. Sus vidas cambiaron cuando uno de ellos descubrió la verdad sobre su origen. Los cuatro jóvenes colombianos fueron criados en pares, cada uno con el “hermano” incorrecto. Por un lado, estaban Jorge y Carlos Bernal, y por el otro, William y Wilber Cañas, quienes creían que no se parecían físicamente, porque eran mellizos, pero no gemelos. En realidad, sí eran gemelos.

Los gemelos parten de la división de un mismo óvulo (fecundado por un solo espermatozoide), mientras que los mellizos parten de dos óvulos diferentes (y dos espermatozoides). Esto es clave para diferenciar gemelos y mellizos. Los mellizos son tan diferentes como lo son dos hermanos cualesquiera.

Cuando se reencontraron, 25 años después, descubrieron que sí había un gemelo idéntico a ellos. Lo más asombroso fue darse cuenta de que a pesar de no haber crecido juntos compartían muchos aspectos con sus respectivos hermanos biológicos. Jorge y William, y Carlos y Wilber son las parejas de hermanos biológicos. En lugar de abandonar las familias erróneas, los cuatro decidieron formar una gran familia. “El tema no es que conocí a mi hermano, sino que conocí a dos hermanos más”, dijo uno de ellos a la Cadena Telemundo.

Jorge, quien es ingeniero mecánico, fue quien descubrió todo, y así lo contó: “Ocurrió que una amiga de la oficina me dijo un día que me había visto por su casa. Ella vivía al sur de la ciudad y yo al norte. Sucedió que mi amiga fue un día a saludarme y se dio cuenta de que no era yo”. Su amiga logró reunir ciertos datos del hombre que se parecía a él, y así Jorge encontró a William, en Facebook. “Empecé a ver las fotos hasta que vi una de él que estaba con su hermano, muy parecido a mi hermano”, dijo. Lo que más le dolió a Jorge de todo esto fue que su madre murió cinco años antes de que se descubriera la verdad. “Me duele que no hubiera podido conocer a William, su hijo biológico. Fue algo muy fuerte para mí. A raíz de lo que sucedió, entendí muchas cosas de por qué éramos muy diferentes”.

Netflix ofrece varios documentales sobre estos extraños casos: Vidas separadas y Twinsters. Vidas separadas relata el caso de tres adolescentes que descubren que son trillizos, pero la felicidad del reencuentro pronto desaparece, debido al conocimiento de la verdadera historia de su separación. Twinsters relata el caso de dos gemelas coreanas, Anais Bordier y Samantha Futerman, que fueron separadas al nacer y adoptadas por dos familias, de dos países distintos. Las gemelas son casi idénticas: tienen la misma risa y las mismas mejillas pecosas. Usan el mismo estilo de peinado, detestan las zanahorias cocidas y son muy dormilonas. Hoy se aman como si hubieran crecido juntas.