Pasar al contenido principal
28 de Marzo de 2024 /
Actualizado hace 18 horas | ISSN: 2805-6396

Openx ID [25](728x110)

1/ 5

Noticias gratuitas restantes. Suscríbete y consulta actualidad jurídica al instante.

Opinión / Etcétera

Mirada Global

¿A qué precio Boris Johnson?

40094

Daniel Raisbeck

 

Al asumir el cargo de Primera Ministra en julio del 2016, Theresa May aseguró que no llevaría a cabo elecciones antes del 2020. No obstante, entusiasmada con los resultados de las encuestas, convocó una elección adelantada en junio del 2017, en la cual perdió la mayoría parlamentaria de su Partido Conservador.

 

May ha incumplido otras promesas. En más de 100 ocasiones, aseguró que Gran Bretaña dejaría de ser parte de la Unión Europea (UE) el 29 de marzo de este año. Cuando el parlamento rechazó el acuerdo de retiro que su gobierno había negociado con Bruselas, May aplazó la fecha del brexit, en primera instancia al 12 de abril. Tras la tercera derrota de su acuerdo en la Cámara de los Comunes, la UE permitió que Gran Bretaña mantuviera su membresía hasta el 31 de octubre.

 

Brexit significa brexit”, había dicho May al asumir el poder. Para la mayoría de votantes del Partido Conservador, sin embargo, el brexit de May, quien votó a favor de permanecer en la UE en el 2016, significó el sometimiento a Bruselas. Según su acuerdo, el Reino Unido quedaría alineado a la mayoría de políticas provenientes de la UE -incluyendo las comerciales- sin influencia alguna sobre su creación. Como dijo uno de los asistentes del eurodiputado belga Guy Verhofstadt en un documental de la BBC: “¡Por fin los convertimos en una colonia!”.

 

No fue esa la única humillación. El 23 de mayo, cerca de tres años después de la victoria del brexit en el referendo, Gran Bretaña llevó a cabo elecciones para el Parlamento Europeo. El nuevo Partido del Brexit, el cual fundó el muy hábil Nigel Farage en febrero, ganó con el 32 % del voto. Los conservadores obtuvieron el quinto lugar con solo el 9 % de la votación total, perdiendo 15 eurodiputados de 19 electos en el 2014. Semanas antes, habían perdido 1.330 concejales a través del país en las elecciones locales. Los comentaristas comenzaron a hablar del principio del fin del Partido Conservador y Unionista británico, el más exitoso y longevo en la historia de la democracia parlamentaria moderna.

 

Inevitablemente, “los hombres de traje gris”, como son conocidos los más influyentes parlamentarios conservadores sin cargos en el gobierno, dejaron de posponer su ominosa visita a May. Sin apoyo del partido parlamentario, con la membresía opuesta a su liderazgo y tras numerosas renuncias de sus ministros, la Primera Ministra no tuvo otra opción aparte de anunciar su propia renuncia. Su sucesor enfrentará una crisis nacional -e inclusive constitucional- con pocos precedentes.    

    

El rápido declive conservador tiene una sola causa: el incumplimiento del brexit, al cual aún se oponen fuertes elementos de la nueva clase dirigente, en especial miembros del parlamento, altos funcionarios, periodistas y académicos. La división entre el grueso de la élite y los 17 millones de votantes que aprobaron el brexit revela un cambio profundo en la política británica, cuyas corrientes suelen tener repercusiones globales. Como escribe Brendan O’Neill en la revista The Spectator, “el Brexit es hoy la batalla política más importante del mundo occidental”.  

 

Guardadas proporciones, Gran Bretaña enfrentó un dilema similar en 1939: ¿Debía el país someterse el destino común europeo u optar por una independencia difícil, pero, en últimas, libre y soberana? Cuando la clase dirigente parecía inclinarse por la primera opción, apareció una valla en la emblemática avenida londinense, The Strand, que leía: “¿A qué precio Churchill?”.

 

Durante el último año, los miembros del Partido Conservador se han estado preguntando: ¿A qué precio Boris Johnson? El exministro de Relaciones Exteriores, biógrafo de Churchill, lideró la campaña oficial del brexit (Vote Leave). En el 2018, renunció a su alto cargo al protestar las excesivas concesiones de May ante la UE. Durante la pasada década, derrotó a los laboristas en su plaza principal al ser electo dos veces alcalde de Londres. Con frecuencia, ha indicado que está dispuesto a efectuar el brexit sin un acuerdo con la UE a menos de que obtenga condiciones ecuánimes de Bruselas, lo cual coincide con el deseo de la mayoría de los británicos.

 

Johnson también es el único político conservador que puede enfrentar la amenaza tanto del Partido del Brexit como del socialista radical Jeremy Corbyn, líder del Partido Laborista. Se suponía que Johnson, constantemente subestimado, pero de lejos el favorito de la base conservadora, no podría sobreponerse al primer obstáculo de la contienda por el liderazgo de su partido, donde los parlamentarios escogen a dos candidatos antes de que los miembros elijan al ganador. Al escribir estas palabras, sin embargo, Johnson ya cuenta con el apoyo explícito de 61 de sus 312 colegas, mientras que el candidato en segundo lugar solo ostenta 34 votos.  

 

La pregunta acerca de Johnson como Primer Ministro es cómo efectuaría el brexit dentro de un parlamento abrumadoramente eurófilo. Su elección, sin embargo, parece ser inevitable.

Opina, Comenta

Openx inferior flotante [28](728x90)

Openx entre contenido [29](728x110)

Openx entre contenido [72](300x250)