Curiosidades y…
Números buenos y malos
Antonio Vélez M.
La fobia a ciertos números es universal, lo que cambia es el número, pero la imbecilidad es la misma. En algunas personas la fobia llega a manifestarse por medio de sudoración excesiva y aumento del ritmo cardíaco. En fin, dichas fobias muestran una faceta interesante de la mente humana. Y suena vergonzoso, pero el sujeto, a veces muy inteligente, no es capaz de neutralizar el efecto.
En la cultura china, el número de más mala suerte es el cuatro, de allí la tetrafobia, puesto que, en mandarín, “cuatro” suena muy parecido a shí, que significa “muerte”. Para mitigar su efecto, algunos pronuncian el 4 como yon. En consecuencia, en los hoteles y hospitales de China, Corea y Japón, y también en hoteles de propietarios asiáticos en otras partes del mundo, no existe el piso 4, y ni pensar en el 44. De la misma forma, algunos hospitales de maternidad no poseen habitación 43 (shi-san), ya que se pronuncia igual que “parto muerto”.
Por otro lado, el 8 es un número de la buena suerte en esas mismas culturas asiáticas, puesto que suena parecido a la palabra que en chino significa “riqueza”, “prosperidad”. Y somos tan tontos los humanos, que el inicio oficial de los juegos olímpicos de verano en Beijing se programó expresamente para la fecha 8/08/08, exactamente a las 8:08:08 p.m. Además, se cuenta que los operadores de telefonía celular en China cobran un precio mayor por los números telefónicos con varios ochos, y una aerolínea regional china afirmó haber pagado aproximadamente 2,4 millones de yuans para disponer del número de conmutador telefónico 888-8888.
Es muy común el miedo al trece o triscaidecafobia, quizá porque se ha relacionado con el hecho de que hubo 13 comensales en la Última Cena de Jesús y que el último de ellos fue ejecutado poco después. A principios del 2007, en respuesta a un sinnúmero de quejas de los clientes, Brussels Airlines modificó su logotipo para agregar un punto más a los trece que tenía. Y si usted desea sentarse en la fila trece en un vuelo de Air France, KLM o Iberia, no podrá, pues sencillamente no existe. La reina Isabel II, cuando viaja examina el plan de vuelos y, simultáneamente, las entrevistas y demás actos protocolarios para evitar que en ellos figure el número 13. Este mismo número, curiosamente, es el número sagrado de los mexicanos y del pueblo de Yucatán. En algunos sitios el 17 está asociado a miedo y tragedias, lo que hizo que Renault cambiara el auto R17 por R177, con el fin de mejorar las ventas.
El miedo al 666 o hexakosioihexekontahexafobia está muy generalizado, pues según el Apocalipsis significa el “número de la bestia” (curiosamente, los números de la ruleta suman 666, pero los jugadores compulsivos no le temen). El apóstol Juan lo llamó el “número del Anticristo”. Y se presenta en creyentes bíblicos y en no creyentes. Ronald Wilson Reagan le temía al Anticristo, con razón pues era bien corto de entendederas y sus nombres y apellido tenían cada uno 6 letras.
El número 9 en japonés suena parecido a “dolor” o “tortura”, lo que le ha dado mala fama y no es de buen augurio usarlo en hospitales y clínicas. En la India, el número 27 se ha asociado con tragedias y calamidades naturales como tsunamis y terremotos, así que ellos prefieren alejar el fatídico número de sus asuntos importantes. En EE UU, si usted viaja por American Airlines o Delta Airlines nunca encontrará el vuelo 191. La mala suerte que trae ese número comenzó con cinco trágicos accidentes en esas aerolíneas. Por ejemplo, en el vuelo 191 de American Airlines, en 1979, murieron los 258 pasajeros que se encontraban a bordo, y en Delta Airlines, también en el vuelo 191, pero en 1985, el avión se estrelló y murieron los 136 ocupantes.
Hablando de fobias, tal vez el caso más curioso ocurrió en Bulgaria: se decidió retirar de la circulación el número telefónico 0888 888 888 después de que sus tres últimos propietarios fallecieron en extrañas circunstancias. Y para colmo del azar, en los últimos tiempos, el número 0888 888 888 parece haber traído tragedia a aquellos que lo han tenido en su poder, motivo por el cual la policía búlgara decidió suspenderlo.
Otro número temido por algunos es el infinito, y se llama apeirofobia. Los afectados sufren una rara sensación de vértigo, de falta de puntos de apoyo, y se llega a ella al tener pensamientos sobre la inmensidad del infinito, al pensar en el mar, el cielo, el universo…
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