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20 de Abril de 2024 /
Actualizado hace 11 horas | ISSN: 2805-6396

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Opinión / Etcétera

Curiosidades y…

Momentos estelares del transporte motorizado

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Antonio Vélez M.

 

Muchos consideran que la rueda es el invento más importante de la cultura humana. Y si no lo es, al menos es uno de los 10 más, por su utilidad en el transporte y por formar parte fundamental de diversas máquinas. Se cree que la rueda fue inventada hacia el año 5500 a. C., en Mesopotamia, para usarse como torno por los alfareros, pero pronto pasó a servir su papel fundamental: el transporte. No existía el motor, pero había caballos y, a veces, esclavos.

 

Alrededor de 1712, Thomas Newcomen construyó la primera máquina de vapor. Tenía un pistón que se desplazaba por la presión del vapor. A pesar de ser muy poco eficiente, remplazó los caballos que accionaban las bombas para sacar agua de las minas. James Watt mejoró el diseño de Newcomen y resolvió el problema de convertir el movimiento oscilante del pistón en el movimiento rotacional de una volante; en otros términos, convirtió la máquina de vapor en un motor.

 

El motor de combustión interna fue desarrollado en 1886 por el alemán Nikolaus Otto, pero fue Karl Benz quien registró la primera patente de lo que puede llamarse un automóvil: un triciclo con motor, para dos pasajeros (uno abordo y otro empujando, decían los jocosos), con una velocidad máxima de 20 k/h. De ese modo se dio comienzo a la era del automóvil y se facilitó el transporte de mercancías. El mundo se hizo más pequeño. En 1876, Gottlieb Daimler aprovechó el recién inventado motor, para construir lo más parecido a una motocicleta moderna. Siete años después, dos ingenieros alemanes presentaron en Múnich la primera motocicleta fabricada en serie.  

 

Antes de que el hombre realizara su primer vuelo propulsado, las ecuaciones de Bernoulli se habían anticipado y nos habían informado que ciertos objetos de geometrías especiales, al moverse a través de un medio fluido generan fuerzas de sustentación suficientes como para para levitar. Pues bien, los hermanos Orville y Wilbur Wright, fabricantes de bicicletas, diseñaron y fabricaron el primer avión, de tal modo que en diciembre de 1903 lograron volar una corta distancia. En ese biplano, el piloto permanecía acostado sobre el ala inferior del avión, mientras que el motor, situado a la derecha de aquel, hacía girar dos hélices localizadas entre las alas.

 

El inventor del primer helicóptero moderno fue el eslovaco Jan Bahyl, un aparato que luego, en 1942, fue mejorado y comercializado por el ucraniano Igor Sikorsky. Si se lo compara con el avión, el helicóptero es más costoso y lento, pero posee una mayor maniobrabilidad: puede mantenerse estático en el aire y despegar y aterrizar verticalmente. Por tal razón, los helicópteros se usan a menudo en zonas donde los aviones no pueden despegar o aterrizar. Es un complemento del avión, directo y circunstancial.

 

La propulsión a chorro comenzó con el cohete impulsado por pólvora, invento de los chinos en el siglo XI, pero las primeras patentes para la propulsión a chorro fueron otorgadas mucho más tarde, en 1917. Los principales problemas eran la seguridad, la confiabilidad y el peso. En 1929, el inglés Frank Whittle presentó las ideas para un turborreactor, que estuvo listo en abril de 1937. Mientras tanto, Hans von Ohain comenzó a trabajar en un diseño similar, pero de manera independiente. Su motor comenzó a funcionar en septiembre de 1937. Los diseños culminaron en el motor alimentado por gasolina, utilizado para equipar un pequeño avión que voló por primera vez en agosto de 1939. Tras la Segunda Guerra Mundial, los aliados mejoraron la tecnología y contribuyeron con los primeros cazas a reacción. El motor de reacción o jet volvió el mundo aún más pequeño. 

 

El 20 de julio de 1969, Neil Armstrong y Edwin Aldrin posaron su sonda lunar en el Mar de la Tranquilidad, en la Luna. “Es un paso pequeño para el hombre, pero un gran salto para la humanidad”, dijo Armstrong con la voz distorsionada por la distancia (o por la emoción), al pisar por primera vez nuestro satélite natural. La frase, pronunciada el 20 de julio de 1969 ante 500 millones de personas, quedará grabada para siempre en los libros de historia y en la memoria de millones de personas. Fue realmente un momento estelar, uno de los momentos más gloriosos de la historia del transporte. Se cumplía uno de los sueños más antiguos de la humanidad.     

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