La Junta Militar

OSCAR ALARCÓN NÚÑEZ

En mi columna anterior me equivoqué de fecha. Dije que el general Rojas Pinilla asumió la Presidencia el 10 de mayo de 1957, cuando ese fue el día en que dejó el gobierno a manos de la Junta Militar. Eso lo sabe cualquier estudiante de colegio, como también que la fecha en la que Rojas asumió fue el 13 de junio de 1953. Fue una confusión, no un error.

Tanto el 13 de junio como el 10 de mayo el descontento fue general. Por eso llegaron generales contentos, a pesar de que el golpe de estado, en la primera fecha, lo dio Lucio Pabón Núñez, del corazón de Laureano Gómez, quien ante la inminencia de la caída de su jefe lo traicionó con la ilusión de encontrar mejores destinos en el gobierno de facto.

Después de cuatro años de gobierno y en medio del descontento (general), Rojas se hizo reelegir por la Asamblea Nacional Constituyente por 76 votos a favor. De ellos, 25 fueron liberales, 51 conservadores, 13 en blanco y uno por Luis Navarro Ospina. La actitud de esa corporación precipitó la caída de Rojas, tanto que el mismo mandatario se dio cuenta y fue cuando tomó la decisión de dimitir el 10 de mayo y dejar en su reemplazo una junta militar, escogida por él. De ella hicieron parte los generales Gabriel París, Luis Ernesto Ordóñez, Rafael Navas Pardo, Deogracias Fonseca y el contralmirante Rubén Piedrahita Arango. El ingenio de la época les modificó el nombre a dos, a uno lo llamó el Piedralmirante Contraíta y al otro, el general Pavas Nardo.

La junta gobernó desde el 10 de mayo hasta el 7 de agosto de 1958. Pero 52 horas antes de que se realizaran las elecciones para elegir a Alberto Lleras primer presidente del Frente Nacional (2 de mayo de 1958), a las 3:15 de la madrugada se inició un intento de golpe de estado en donde una docena de miembros de la Policía Militar, comandados por el coronel Hernando Forero Gómez, detuvieron a la junta, menos al Piedralmirante Contraíta, quien, extrañamente, a esas horas no se hallaba en su casa. Fueron apresados en pijama, porque no alcanzaron a ponerse el uniforme ni el Everfit.

Antes del mediodía la situación se normalizó y el domingo 4 de mayo los colombianos pudieron elegir a Alberto Lleras como presidente constitucional.

Perdón por la confusión.