Anecdotario político

El ministro Jorge Zalamea, en bello libro sobre el departamento de Nariño, expresó que el país no puede descansar por más tiempo en la ejemplaridad de sus leyes. En la actualidad, Colombia se jacta, con razón, de poseer, en materias de higiene y de cooperativismo, legislación avanzada y perfecta, pero esa legislación no pasará de tener un valor simplemente académico, mientras ella no cale en el entendimiento de todos los colombianos y entre en función activa.

Luis XIV felicitaba a uno de sus ministros por su digna familia. “Lo felicito, cordialmente, pues sé que tiene usted unos hijos de quienes todos hablan y unas hijas de quienes nadie habla”. La gente comentaba si las chicas eran muy dignas o eran muy feas.

El matrimonio entre personas de diferentes razas está autorizado desde el descubrimiento de América. El rey don Fernando, en 1514, decretó: “Doy licencia y facultad a cualquiera personas naturales destos dichos Reynos, para que libremente se puedan casar con mujeres naturales desa dicha isla syn caer ni incurrir por ello en pena alguna”.

El expresidente Marco Fidel Suárez, en el sueño del Syllabus de Luciano Pulgar, opinó que convendría establecer aquí la libertad de testar, a fin de atenuar los pésimos resultados que guarda la acumulación de riquezas desmedidas, en perjuicio efectivo de los herederos obligados, porque es un hecho que el orden moral no los hace dichosos, sino infortunados, en proporción con la excesiva riqueza.

Bolívar tenía un culto elevado por su maestro don Simón Rodríguez, quien decía: “En eso de primeras letras ya me había ejercitado en mi juventud, dando lecciones a ese gran hombre, pero más que maestro fui su discípulo, pues, por adivinación, él sabía más que yo por meditación y estudio”.