Anecdotario Político

Yves Lacoste considera la insuficiencia alimentaria como base del subdesarrollo. Desnutrición y hambre hay en este continente de la abundancia, según la Geopolítica del hambre de Josué de Castro, flagelos que pueden ser suprimidos, pero no es tan fácil, porque López Pumarejo dijo, ya en 1942, que en Colombia todo es caro y lo único barato es el salario.

La arrogancia del poder de los mandatarios de Hispanoamérica se conoce como el primado bolivariano del Ejecutivo, o el mensaje de los Caudillos Bárbaros de Arguedas; o el Otoño del Patriarca de García Márquez; o se registra en el Recurso del método de Carpentier; igualmente en el Oficio de difuntos, de Uslar Pietri, o en Yo el Supremo, de Roa Bastos. Es la Presidencia Imperial que no debe ser imitada por la élite del poder para que haya una democracia cada vez más perfecta.

El general Santander, presidente antes de los 30 años, es el padre de la educación, y decretó que “Tiene que haber ahora una escuela primaria en cada distrito o parroquia y en cada cuerpo del Ejército; una escuela de gramática en cada cabecera de cantón; un colegio en cada provincia, y una universidad en cada departamento”, desde antes el arzobispo Virrey y el oidor Moreno Escandón programaron un plan educativo ambicioso que lamentablemente no tuvo éxito.

El fantasma de Canterville, en la obra de Oscar Wilde, ya no le mete miedo a nadie. La referencia también es empleada en el caso político por los haitianos. Cuando un estadista o dirigente pierde la fuerza, el prestigio o el honor, se equipara al fantasma decadente del castillo encantado y que Hiram B. Otis sin temor compró, porque el fantasma pierde la capacidad de asustar a los incautos.