Anecdotario político

Benjamín Ardila Duarte

El rey Carlos III de España pasa por ser el monarca más reformista de la historia peninsular. Y ahora Carlos III de Inglaterra ostenta la ilusión de afrontar el cambio climático, su especialidad y su interés durante medio siglo. El tiempo evaluará si está a la altura de su deber.

Cada vez que en América Latina se habla de cambio de estructuras en el Estado moderno saltan los comentaristas con la frase de lord Brougham: “El medio más seguro de causar una revolución violenta es resistir una reforma pacífica”.

El problema judicial y administrativo del hacinamiento carcelario –hoy terrible y mortal– ha sido llevado a la literatura por dos escritores de fama mundial y mártires de la cruel Bastilla: Oscar Wilde, en La balada de la cárcel de Reading, y el colombiano Álvaro Mutis, en Diario de Lecumberri. Leer los dos libros y manos a la reforma humanitaria de las cárceles es la orden de marcha.

Bolívar, en su Carta de Jamaica, dice que Humboldt ha hecho por América más que todos los descubridores. Ahora William Ospina nos da la plena prueba de ello. Pondré mi oído en la piedra hasta que hable, se llama el libro. El padre Pérez Arbeláez le antecedió y el Cosmos y el Viaje a las regiones equinocciales del nuevo continente nos presenta al sabio en el Orinoco, en el Quindío, en Turbaco y así fuimos conocidos en el mundo científico de entonces y de ahora.

La elección popular de alcaldes y gobernadores se complementó con la revocatoria del mandato para castigar el incumplimiento. Paralela ha surgido la demanda temeraria o acción sin argumento sólido. Judith Pinedo (María Mulata), en Cartagena; Petro, en Bogotá; el gobernador Gaviria, en Antioquia, volvieron a su cargo. La sanción a la demanda temeraria, en centenares de casos, debería establecerse para que dejen gobernar y la recolección de firmas debería empezar más tarde.

La deuda externa en Colombia llegó, en el 2022, a 184.110 millones de dólares, el 53,4 % del PIB. No hay presupuesto nacional que aguante la amortización y los intereses que ese compromiso comporta. Los economistas José Antonio Ocampo, Eduardo Lora, Consuelo Corredor, Luis Carlos Galán, Edgard Revéis y otros se han ocupado de este lastre. Con las remesas, turismo, café y petróleo de alto precio, esas exportaciones deben ser utilizadas para disminuir esa deuda que compromete a las generaciones presentes y a las no nacidas. Y a prepagar deuda cuando el dólar baja.